Capítulo 52
—¿Por qué no le dices que necesitas comprar cosas delicadas y no quieres que él esté presente? —pregunta Selene.
—No es que no lo haya pensado, pero la sección de electrónicos está lejos de cualquier lugar que venda productos menstruales.
—¿Qué te pasa? —pregunta Rowan, y me doy cuenta de golpe que estoy frunciendo el ceño en su dirección.
—Vaya. —Nada, es solo que —Muerdo mi uña del pulgar intentando parecer un poco angustiada—. Necesito algunas cosas, pero no pensé que me seguirías todo el tiempo, así que...
—Rowan sonríe aliviado, creyendo entender. —Está bien. Puedes conseguir lo que quieras. Clayton puede permitírselo. Está asquerosamente forrado.
—Me preocupaba que mi actuación fuera excesiva, pero parece que no es suficiente. Arrugo la nariz y me muevo de un pie a otro. Después de un momento, empiezo a frotarme un brazo, como si me sintiera más que incómoda con mi petición.