Era una tarde soleada y los jardines del hospital estaban llenos de actividad. Pacientes en sillas de ruedas y con muletas, acompañados por sus seres queridos, disfrutaban del aire fresco y de las vistas y sonidos del jardín.
Ava había sugerido que dieran un paseo por los jardines. Con cuatro guardaespaldas siguiéndoles. Dos de Rhys y dos de Ava.
Se había dado cuenta durante las últimas semanas de que Ava la acompañaba que su novio era muy protector, posesivo y controlador.
Raramente hablaba y mucho menos reconocía a Beatriz cada vez que venía a recoger a Ava del hospital.
Pero Ava estaba enamorada de él y parecía feliz, eso era todo lo que importaba. Ella no era quien para hacer suposiciones en la relación.
Mientras caminaban, Ava charlaba y se reía con Beatriz, intentando distraerla de sus problemas. Contaba historias divertidas y compartía chismes, cualquier cosa para sacarle una sonrisa a su amiga.