Para cuando Rhys y Beatriz llegaron a casa, estaba lloviendo fuertemente.
Beatriz gimió; sabía que le iba a ser difícil llegar a la puerta principal. Estaba borracha y apenas podía mantenerse en pie.
Se sujetó a la puerta del coche mientras salía tambaleándose, equilibrándose en la puerta antes de cerrarla detrás de ella.
Intentó caminar hacia la entrada, pero tropezó y casi cayó al suelo. Se agarró estirando los brazos y logró evitar caer de cara.
Escuchó cómo se cerraba una puerta del coche, y en segundos sintió que Rhys se agachaba y la agarraba por los muslos superiores, cerca de las caderas mientras la levantaba del suelo y la sostenía cerca de su pecho.
Beatriz chilló sorprendida y se relajó al darse cuenta de que Rhys la estaba cargando al estilo nupcial. Se sonrojó y rodeó su cuello con las manos para estabilizarse.