Rhys y Beatriz pasaron el resto del día hablando. Él era realmente divertido y ella disfrutaba de su compañía.
Al comenzar el sol a descender en el cielo, él ordenó juguetonamente:
—Ve por un traje de baño. Te llevaré a nadar.
—¿¡Qué?! —preguntó Beatriz emocionada. No recordaba la última vez que había ido a nadar.
Rhys le sonrió:
—Me has oído amor, ve a cambiar. No me hagas decirlo dos veces.
—¡Sí señor! —respondió Beatriz con picardía, sacándole la lengua a Rhys.
—Yo que tú no haría eso amor. A menos que quieras que cambiemos de planes.
Mirando el calor en sus ojos Beatriz se sonrojó y se apresuró en entrar a su habitación.
Había llevado dos trajes de baño diferentes, ambos rojos; uno era de una sola pieza y el otro un bikini. Ambos eran bastante reveladores. Al final, decidió por el de una sola pieza.
Le encantaba cómo Rhys era paciente con ella en cuanto a iniciar una relación física.