El corazón de Beatriz se estrujó al escuchar la vulnerabilidad y el dolor en su voz. Deseaba tener el poder de hacer desaparecer todos sus dolores.
—Por supuesto, no te voy a dejar Rhys y no te voy a dejar ir —dijo con determinación, intentando controlar las lágrimas que amenazaban con derramarse por sus mejillas.
Quería que él supiera que ella estaba ahí para él, pase lo que pase. No iba a dejarlo solo en este momento de debilidad.
—Te lo prometo, Rhys, que nunca dejaré que nadie te vuelva a lastimar —dijo Beatriz con convicción, sintiendo una renovada sensación de determinación.
Quería que él supiera que tenía a alguien de su lado, alguien que lo protegería y estaría con él pase lo que pase. Haría todo lo que estuviera en su poder para asegurarse de que nunca más tuviera que enfrentarse al dolor y al sufrimiento.