Beatriz daba vueltas en su cuarto, soltando un resoplido frustrado mientras pasaba sus manos por su cabello.
Sabía que iba a ir directo al infierno por siquiera considerar su oferta. Toda su vida ningún hombre había mostrado interés en ella y ahora había dos hombres que la querían.
Dos hombres pecaminosamente poderosos y atractivos. Era difícil de creer. Tenía que pellizcarse para convencerse de que todo esto era real.
¿Realmente quería hacer esto? ¿Quería entregarse a dos hombres atractivos que podrían romper su frágil corazón en un abrir y cerrar de ojos?
¿Y si se enamoraba de ambos y luego ellos decidían que ya no la querían?
O aún peor, ¿y si se enamoraba de uno de ellos? Sabía que estaba a esto de darle su corazón a Damien pero Rhys....
Él era un caso aparte. Era aterrador lo mucho que podía afectarla. Había conocido al hombre hace un año y todavía era capaz de encender su corazón.
Tal vez debería pedirle una segunda opinión a Stella. Era una decisión difícil.