```
—Bueno, nuestra pequeñita princesa dijo que ayer no quedó satisfecha, así que hoy tengo que esforzarme más.
Damián arqueó las cejas y caminó hacia ellos.
—¿Ah sí?
Rhys sonrió con malicia y asintió:
—Sí. Parece que ella también te quería a ti. Pero la dejaste con las ganas.
Damián la miró y dijo:
—¿Querías que me uniera a la diversión?
Beatriz se sonrojó y asintió:
—S-sí.
—Oh, lo siento mucho, querida, no confiaba en mí mismo viéndolos a los dos. Muchos pensamientos peligrosos pasaban por mi mente.
Llegó a la cama:
—Pero puedo compensártelo. Si quieres.
—Sí, por favor... —respiró ella.
Damián asintió:
—Quítate la camisa.
Beatriz se levantó de la cama y se quitó la camisa por la cabeza mostrando su pecho desnudo a ellos.
Damián acarició su mejilla con ternura, guiando su rostro hacia él antes de que sus labios se encontraran en un beso ardiente y apasionado. Entrelazó los dedos en su cabello, profundizando el beso mientras su lengua danzaba con la de ella.