El guardia de seguridad asintió y salió de la habitación, dejando a Damien y Rhys solos para prepararse para la confrontación. Rhys tomó otra respiración profunda y se puso de pie, decidido a enfrentar sus miedos de frente.
La puerta se abrió de nuevo y Beatriz, junto con su familia, entró en la habitación. El corazón de Rhys latía fuertemente en su pecho mientras se encontraba con la mirada del padre de Beatriz, el hombre que le había causado tanto dolor y sufrimiento.
Rhys estaba seguro de que ni siquiera se acordaría de él, pero estaba bien. Un día le haría recordar el dolor que sintió cada segundo de aquella noche .
—¡Rhys! —Beatriz lo llamó suavemente y él sintió cómo la ira y el dolor desaparecían de su interior .
—Conoce a mi familia, mi papá y mis hermanos, Matteo y Remo.
Rhys asintió con rigidez como forma de saludo.
—¿Te he visto antes en algún lugar? —preguntó el Sr. Quinn, frunciendo el ceño.