Rosina siguió la figura de Draco desde atrás mientras él entraba en un establecimiento que le resultaba muy familiar a Rosina.
—Taberna del Cielo —murmuró Rosina mientras miraba el nombre pegado en frente de la pared. El lugar era muy diferente cuando visitaba la zona por la noche. —¿Qué hace aquí?
Rosina no podía entrar porque Draco sabría que ella lo estaba siguiendo. Buscó una tienda de ropa cercana y corrió hacia ella.
—¿Pueden darme una capa negra? —murmuró Rosina al dueño, y le dieron una túnica con un diseño de rosas doradas en el borde. Después de pagar la cantidad, entró en la taberna y vio que estaba casi vacía, con varios hombres bebiendo a un lado.
Rosina miró a su alrededor mientras se sentaba en una silla en la esquina para minimizar su presencia. No vio a Draco por allí y dedujo que podría haber pedido una mujer y se la había llevado a la cama, lo cual no le importaba.
Un hombre se acercó y le puso un menú. Su sonrisa era radiante al acercarse a su mesa.