**Harper**
Después de dar algunas vueltas más por la habitación que dejaron sus ojos en un estado deslumbrado de sobrecarga sensorial, Harper entró en el probador con media docena de opciones a su disposición, cada una hermosa de una manera completamente diferente que no tenía idea de cómo iba a elegir.
—Quizás deberías pedirle a Eli que entre contigo para que te ayude con los cierres y los lazos —sugirió Sean mientras ella comenzaba a cerrar las cortinas—. O, claro, también puedes llamar a mi asistente cuando necesites a alguien.
La mano de Harper se detuvo en la cortina. El comentario habitual lamentablemente le recordó un cierto evento del fin de semana pasado, y lanzó una mirada escéptica a su novio. —Ah, creo que me guardaré la oportunidad de sorprenderlo cuando salga completamente vestida —sonrió inocentemente—. Me pondré todo lo que pueda y luego llamaré por un poco de ayuda extra.