**Eli**
Harper lo miró con una sonrisa suave. Sin embargo, le tomó unos momentos captar el significado detrás de esas últimas palabras.
—Espera, ¿a qué te refieres con un vestido de gala diseñado solo para mí? —preguntó ella con una ligera confusión—. Yo no tengo
Entonces sus ojos se abrieron de par en par mientras comprendía la implicación.
Esa expresión provocó una sonrisa instintiva en los labios de Eli. —Por supuesto que no voy a hacerte perder en el juego de vestir. Tengo un sastre personal, que también resulta ser un diseñador muy con buen gusto. He visto su colección de vestidos de noche, y si tengo que arriesgarme a adivinar, diría que te encantarán.