—Pasaron una buena parte de la noche recordando la comida casera de la mamá de Harper —recordó Harper. Ella pensaba con nostalgia en su pastel de pastor favorito, y Eli extrañaba los divinos brownies que solían embarrar por sus caras mientras jugaban en el sofá. Harper le recordó que ella podía hacer brownies con mezclas ya preparadas —nada que se acercara a lo divino, pero aceptables en un apuro—, así que pasaron las próximas horas horneando y picoteando mientras probaban uno de los juegos más recientes de su empresa.
Harper se sorprendía de lo fácil que era que el tiempo pasara cuando estaba con Eli. Al final de su "lección" acalorada, estaba un poco preocupada de que el paso repentino hacia la intimidad hiciera las cosas incómodas, pero se alivió al descubrir que no era el caso. Era tan fácil volver a la antigua sintonía entre ellos, como si los últimos cuatro años y los últimos días no hubieran cambiado nada en absoluto, y que aún eran simplemente el mejor amigo del otro a la puerta de al lado.
O… ¿Era realmente tan simple como eso? Se preguntaba a veces mientras le echaba miradas furtivas, sus ojos siempre atraídos automáticamente hacia sus labios.
Había sido tan divino —mucho más divino que cualquier brownie— ser besada por esos labios. Ser abrazada por sus brazos, tocada por sus manos… Nadie más la había hecho sentir de esa manera antes.
Cuando lo pensaba, la imagen y la sensación de su memoria hacían arder sus mejillas, y tenía que meterse otro bocado de postre en la boca para que él no lo notara. Pero no podía dejar de pensar en ello. No podía dejar de reproducir esa escena sensual una y otra vez en su cabeza, y no podía dejar de recordarse que el hombre sentado a su lado, que ahora masticaba casualmente un brownie mientras le pasaba sus saqueos en el juego, era el mismo hombre que acababa de darle una probada de esa felicidad inimaginable.
¿Ese momento que compartieron realmente no cambió las cosas? ¿Cuál era la verdadera relación entre ellos ahora? ¿Vecinos de la infancia? ¿Editor(a) y cliente con conocidos previos? ¿Amigos con ciertos beneficios?
Harper no estaba segura. O simplemente no importaba, pensó mientras se acurrucaba más cerca de él y se apoyaba en su hombro. La sensación era familiar, cómoda y acogedora como en casa, pero también era un poco distinta ahora, con una especie de calidez íntima que no estaba allí antes. Se dejó envolver por esa sensación —¿importaba qué etiquetas fueran las más apropiadas? Era feliz en ese momento, y eso era suficiente.
Bueno, eso, y el hecho de que ahora había aprendido cómo escribir su próximo capítulo —pensó con una sonrisa.
~ ~
Eli se fue bastante tarde de nuevo, y Harper se fue a dormir aún más tarde. No quería olvidar nada durmiendo todo, así que sacó su portátil y siguió escribiendo hasta bien entrada la mañana. Cuando finalmente se fue a la cama, estaba agotada, pero también emocionada de nuevo y probablemente con una subida de hormonas.
Soñaba con Eli besándola cuando el teléfono la despertó.
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—¿Quién llama tan temprano en la mañana de un domingo? —Con un gemido de frustración, Harper se dio vuelta y alcanzó su teléfono. Puso cara cuando vio el nombre de Chelsea iluminando la pantalla.
—... Hola —dijo un poco arrastrada.
—¡Harper! ¿Tienes planes para el día? —La voz alegre de Chelsea literalmente retumbó a través del altavoz.
Harper se frotó los ojos somnolientos. —Sí, planeaba dormir hasta que llamaste.
—¿Tú... qué? ¡Pero si ya es pasado el mediodía! ¿Qué clase de—? —Chelsea se pausó—. ¿Quieres decir que estabas demasiado ocupada con algo —alguien— anoche para dormir?
El tono cotilla hizo resoplar a Harper. Eso era totalmente propio de Chelsea. —Me quedé hasta tarde para escribir mi novela web.
—Dios santo. ¡Era la noche del sábado! ¿Te quedaste tarde por trabajo en la noche del sábado? —Chelsea prácticamente podía escuchar a Harper rodando los ojos—. ¡Necesitas tener vida, querida. Deja de trabajar por un momento y disfruta un poco de belleza para ti! Debería haber llamado antes e invitado a desayunar con nosotras.
—No estoy trabajando ahora, estoy durmiendo de belleza —argumentó Harper—. O estaría si no me despertaras... Espera, ¿quién es "nosotras"?
—Yo y mi amiga May —la editora a la que envié originalmente tu novela web. Justo estábamos hablando de ti. Deberían conocerse algún día. —La voz que venía a través del teléfono se volvió insinuante otra vez—. Quiero decir, si te apetece, siempre podemos convertirlo en una reunión de trabajo también... ¡Ella todavía puede echarle un vistazo a tu historia! O, aún mejor, te puede contar una o dos cosas sobre ese tal Eli. Después de todo, trabajan juntos y ella lo conoce bastante bien.
La mención del nombre de Eli finalmente expulsó el último atisbo de sueño de la cabeza de Harper. Hmm... ¿La otra amiga editora que trabajaba junto a él? No es que necesitara dos personas para revisar su libro, pero si esta persona trabajaba con Eli regularmente... De hecho sería genial escuchar algunas anécdotas desde una perspectiva diferente, ¿no es así? Aún había tanto sobre él que se había perdido durante los años.
—Oooo, ese silencio de tu lado suena sospechoso. —Chelsea silbó cuando captó esa más mínima pista y su volumen bajó conspiratoriamente—. Dime —¡sé que hay alguna historia deliciosa que no me estás contando! ¿Te encontraste con él este fin de semana? ¿Cómo estuvo? ¿Realmente es tan salvaje que aún no puedes salir de la cama al mediodía?
—...
A veces, realmente era difícil ser la mejor amiga de alguien que nunca aprendió el significado de la palabra "sutil".
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