—Eli evitó por poco colapsar sobre la cama y aplastar a Harper con todo su peso. El clímax que brotaba de él era tan poderoso, tan crudo, que sintió como si hubiera vertido toda su vida en ella. O su propia alma.
—Lo cual era quizá exactamente lo que había ocurrido, considerando la conmovedora sensación tocando su alma que pulsaba a través de cada fibra de su ser en este momento.