—Las últimas doce horas habían sido casi irrealmente sublimes… hasta que la vista de aquel tipo de la maleta caminando al lado de Harper lo arruinó.
Eli nunca se molestó en recordar el nombre del tipo —¿Morsa? ¿Nueces?— o más bien, intentó intencionalmente no recordarlo, decidiendo que simplemente usaría "el tipo de la maleta" para siempre. Era una etiqueta suficientemente buena para alguien a quien él veía como nada más que un estorbo del que deshacerse.
Maldita sea Harper, tenía razón. Estaba celoso.