—¿Así que él simplemente... se fue? —preguntó Chelsea incrédula cuando Harper regresó sola al salón.
Harper negó con la cabeza. Aún estaba en estado de shock. Lo que Eli le había dicho era demasiado y necesitaba tiempo para procesarlo completamente. Luego se dio cuenta de que su amiga la miraba fijamente, confundida por la respuesta, y en cambio asintió.
—¿Qué demonios? —Chelsea se crispó—. ¿Al menos se disculpó? Dime que se disculpó. Aunque para ser honesta, una disculpa está lejos de ser suficiente para algo tan serio como esto.