—No puedo creerte —Jackson sacudió la cabeza, lanzando una mirada a Fil, quien estaba tomando asiento frente a él—. Me sentí como un idiota saltando de alegría cuando aceptaste tener una cita conmigo. Qué iluso. Debería haber sabido que tenías segundas intenciones al elegir este lugar.
Fil sonrió.
—Tengo suerte, dijo cierta persona. Estoy tratando de ver hasta dónde puedo llevar esa suerte.
—Vaya, vaya —Jackson presionó sus dedos en la base de la copa de vino, deslizándola en su dirección—. ¿Y? ¿Qué te pareció ese pequeño espectáculo? ¿Quedaste satisfecha?
—¿Quizás? —Fil se encogió de hombros, tomando la copa con un gracias—. Me siguió hasta aquí. Basándome en dónde se escondió, estoy segura de que te vio.
Jackson rió entretenido, levantando su copa y brindando suavemente.
—Supongo que tenemos muchas cosas por brindar esta noche.
Fil rió también, levantando la copa suavemente antes de dar un sorbo. Sus cejas se levantaron en cuanto el sabor dulce del vino explotó en su boca.
