—¿Estás bien?
Fil se congeló mientras sus pupilas se dilataban como el diafragma de una cámara. Su corazón golpeaba contra su pecho, resonando en sus oídos. Por un momento, su respiración se suspendió y el tiempo se ralentizó.
Es extraño cómo ella observaba cómo este mundo continuaba evolucionando y todos solo podían adaptarse a los tiempos cambiantes. Sin embargo, en este preciso momento, el mundo parecía haberse detenido. Justo ahí, era como si ella hubiera detenido el mundo, agotando toda su energía vital y poderes solo para hacer retroceder el reloj.
—Esta voz… era la voz que tanto había anhelado.
Fil dejó que el brazo que rodeaba su cintura la ayudara a ponerse de pie. Sus ojos permanecieron bajos, captando cómo su sombra se superponía con la de él.
—¿Era él?
—¿Realmente era él?
—¿Había reencarnado?