—Está bien —susurró Kim, sentándose justo al lado de Fil.
La conversación del otro lado de la partición seguía en curso. La joven no podía controlarse, expresando su aversión y desagrado por la prometida de su hermano. Mientras tanto, el hombre con ella quizás no diría comentarios despectivos sobre Fil, pero estaba dejando saber a la joven lo que pensaba. En lugar de corregir a esa mocosa, él suspiraba o daba consejos débiles.
Poco después, Dustin los encontró. Disminuyó la marcha al acercarse a la mesa, solo para ver a Kim negar con la cabeza levemente. Confundido, Dustin no dijo nada y se sentó enfrente de ellos. Antes de que pudiera preguntar, de repente escuchó la voz de una joven justo al lado de su mesa.
—¡Qué importa! —exclamó Valerie—. No me gusta ella, ¿entiendes? Esa paleto Filomena puede pensar que se sacó la lotería, pero no se la voy a dejar. Si termina casándose con mi hermano, le haré la vida imposible. Es repugnante.
—Valerie.
—¡Es verdad! —Valerie se rió—. Es una pueblerina inútil. Recuerdo visitar la casa de descanso del abuelo y conocer a sus padres. Huelen asqueroso. Dios, incluso se atrevieron a tocarme descaradamente con esas manos sucias. ¿Y ese hermanito de ella? Es un fastidio. Cree que es mejor que yo solo porque saca buenas notas. ¿Por qué se siente tan orgulloso de eso? No es más que un niño abandonado en los campos, recogido por una pareja pobre del campo.
Valerie siseó, calmándose después de desahogar sus frustraciones reprimidas. —¿Cómo podemos permitir que gente así entre en nuestra familia? ¡Sobre mi cadáver!
Las caras de Kim y Dustin se oscurecieron cada vez más al escuchar hablar a esta joven. Sus ojos seguían dilatados, casi olvidando parpadear ante esta atrocidad que violaba sus oídos. Sin embargo, a diferencia de ellos, Fil permanecía callada, como si simplemente absorbiera todo lo que escuchaba, como una esponja.
—¡Esto es frustrante! —Kim agarró con fuerza el volante, apretando los dientes de ira—. He conocido todo tipo de divas en la industria, pero ninguna me había sacado de quicio, como esa mocosa.
Kim resopló mientras un brillo de determinación cruzaba sus ojos—. Vamos a volver. Les voy a dar una lección. ¿A quién le importa si es una niña? Le voy a arrancar todos los pelos.
—Kim, déjalo estar —sentado en el asiento trasero, Dustin suspiró—. Le lanzó una mirada de reojo a Kim y luego dirigió su atención al asiento del pasajero delantero donde estaba Fil—. No creo que a Fil le gustaría eso.
—¿Cómo no le va a gustar? —rugió Kim—. ¡Esas personas se lo merecen!
—Lo sé —Dustin asintió—. No apruebo la infidelidad de ninguna forma, y eso no va a cambiar. Sin embargo, ahora mismo, mis principios también están siendo probados. Aun así, no creo que estemos en posición de hacer nada más. A menos que Fil pidiera ayuda.
La mandíbula de Kim se tensó, manteniendo sus ojos en la carretera. Sin embargo, su atención estaba en su visión periférica donde estaba Fil. Dustin también mantenía su mirada en Fil. Ella había estado callada todo este tiempo. Cuando Valerie dejó de desahogarse y cambió el tema, Fil simplemente se levantó de su sitio y se fue.
Kim le ofreció llevarla, y Dustin hizo lo posible por convencerla.
Fil de todos modos no tenía cómo irse. Afortunadamente, aceptó, lo cual explicaba por qué los tres estaban en el auto. Aun así, no había dicho una palabra desde que comenzó el viaje. Eso los hizo preguntarse qué estaría pasando por su cabeza.
—Insultarme es una cosa —tras su prolongado silencio, Fil finalmente lo rompió con una voz callada—. ... si no le gusto, entonces está bien. ¿Pero que diga todo eso de mi familia me hace preguntarme qué clase de familia estaba planeando integrar al casarme?
La amargura brilló en los ojos de Fil—Es posible que no sea perfecta. A veces no entiendo las bromas y tengo un mal sentido de la moda. Puedo ser demasiado seria y matar el ambiente sin querer. Incluso si hice todo lo que pude para compensarlo, aún entendería si hicieran lo que hicieron o dijeran lo que dijeron.
—Pero arrastrar a mi familia… a la que no ha hecho más que ser amable con ellos me llena el corazón de arrepentimiento y rabia —continuó con el mismo tono callado—. ¿Sucios? ¿Asquerosos? Trabajan en la granja, claro que estarán sucios. Pero es una manera legal de ganar dinero y mantener a flote a la familia. ¿Por qué avergonzarlos?
—Incluso lo llamó adoptado sin consideración por lo mucho que trabajó nuestra familia para que Eli no se sintiera diferente —agregó, casi riendo en ridículo—. Esto debe ser una bendición disfrazada. He escuchado suficiente, y no necesito escuchar más para compadecerlos.
Fil tomó otra respiración profunda, girando su cabeza en el asiento del conductor—Incluso si Kim Rock y Dustin McGuire me odian por esto o lamentan haberme ayudado hoy, nunca pediré disculpas por desear verlos sufrir. Incluso si termino sin amigos, no importa. Les haré pagar —sin importar lo que signifique hacerlo, no pararé hasta que me supliquen de rodillas.
Kim echó un vistazo al asiento delantero del pasajero pero no dijo nada. Lo mismo para Dustin. Habían hablado demasiado pronto antes sin saber que Fil tenía un buen motivo. Era incorrecto, pero ¿había algo correcto que hacer en esta situación sin perder la cordura?
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El viaje al apartamento de Fil estuvo lleno de silencio. Dustin y Kim no sabían cómo romper el hielo, y no estaban dispuestos a hacerlo. No era el momento adecuado, sabiendo que todo lo que Fil quería era silencio. Cuando se detuvieron al lado de la calle en el edificio del apartamento de Fil, Kim se volvió hacia el asiento del pasajero delantero.
—Lo siento —expresó Kim, haciendo que Fil la mirara—. Y no quise decir nada malo allá en el salón.
Fil sonrió—Lo sé.
—Yo también. Lo siento —murmuró Dustin—. Eso no es lo que quisimos decir.
—No estoy enojada con ustedes. ¿Por qué lo estaría? —Fil se rió—. Si algo, me alegra que hayan expresado sus pensamientos sobre la infidelidad. Aunque es verdad que Jackson y yo no tenemos una relación oficial, estar con él es lo mismo. Me reafirma que mi diosa y el hombre con el toque de oro son personas que no tolerarían esos comportamientos.
Su sonrisa se amplió mientras les lanzaba a ambos una mirada equitativa—Gracias por el aventón y su ayuda hoy. Realmente lo aprecio.
Dicho esto, Fil salió del vehículo y caminó hacia el edificio. Los dos que quedaron atrás en el auto no pudieron evitar suspirar.
—Me siento culpable —murmuró Kim.
—Yo también —suspiró Dustin—. La cagamos, ¿verdad?
—Así es —Dustin asintió, revisando su teléfono y suspirando una vez más—. Nos fuimos sin decírselo.
—¿Eh?
—Jack.
El ceño de Kim se frunció mientras miraba hacia atrás, quedando sin palabras.
Se olvidaron de él.
Ay, ay, ay.