—¿... Tú querías que te matara? —El aire se sintió inmóvil mientras Jackson sentía su corazón hundirse.
—No —negó con la cabeza e intentó sonreír—. Fil, sabes que no puedo hacer eso. Nunca lo haría... —Otra vez, se quedó sin palabras al ver esa mirada en su rostro. Esta mirada no tenía la confusión que él esperaba de ella. Más bien, era una mirada que Latrice solía tener cuando ciertas cosas sucedían y provocaban reacciones en los demás, excepto en ella.
—No puedo, Fil —susurró mientras sostenía su mano—. No me hagas hacerlo, por favor.
—Sé que no puedes —ella sonrió sutilmente y apretó su mano—. Especialmente después de los momentos que compartimos. No puedo pedirte que lo hagas, es cruel.
Al escuchar esto, Jackson se sintió un poco más tranquilo. Sin embargo, había un miedo persistente en su corazón. Antes de que pudiera mencionar algo, Fil habló.