Los días habían pasado en un abrir y cerrar de ojos. Solo quedaban ocho días para el gran día. Durante este tiempo, todos los preparativos ya estaban listos y todos esperaban con anticipación.
—¡Fil!
Fil se volteó y su rostro se iluminó instantáneamente. —¡Elise!
Elise soltó un chillido mientras corría hacia Fil y se lanzaba a ella con alegría.
—¡Dios mío! No puedo creer que te vayas a casar. ¡Kyah! —Elise lloriqueaba como un cerdo siendo sacrificado, sosteniendo las manos de Fil mientras se tomaban de las manos. —¡Dios! ¡Mira cómo estás! ¿Perdiste peso? ¡Nuestra novia está radiante!
Fil se sonrojó, apretando las manos de Elise. —Pensé que no llegarías.
—¿Elise? ¿Perderse tu boda? Fil, probablemente te has olvidado de quién es ella.
De repente, la voz de Kenzo sonó detrás de Elise. Fil levantó la mirada y sus ojos brillaron al ver a Kenzo acercándose.