—¡Hey, chicos! —Michael entró de un salto al VIP del segundo piso emocionado, solo para fruncir el ceño en cuanto posó sus ojos en tres personas—. Eh?! ¿Dónde está todo el mundo?
—¿A qué te refieres con todo el mundo? —Anton le lanzó una mirada lánguida—. Estos somos todos.
—¿Y dónde están Marcus y Shanaiah?
—De Marcus, no sé. En cuanto a Shanaiah, tampoco tengo idea.
El ceño fruncido de Michael se acentuó mientras avanzaba hacia ellos. Al acercarse a su proximidad, volvió su mirada de uno a otro entre Mariana y Vincente. Mariana levantó la vista hacia él y sonrió, mientras que Vincente mantenía una expresión sombría.
—¿Está todo bien? —Michael pidió al sentarse—. ¿O acaso esta fiesta ha avivado alguna vieja y pecaminosa llama, y terminaron discutiendo?
—¿A qué te refieres con que terminamos discutiendo? —Mariana soltó una risita—. Vincente y yo estamos bien.
—Solo estamos relajándonos, tío —Anton apoyó.