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Si Fil no supiera que había esta extraña tensión entre ella y Elise, habría bromeado sobre Elise cambiando a una nueva hoja. Esta era la tercera vez que Elise llegaba antes que ella. Pero ay, Fil simplemente saludó a Elise, buenos días y esta última respondió respectivamente con un saludo corto.
—Empiezo a disgustarme con esta situación —pensó Fil, ocupándose con algunos de los archivos que tenía que revisar antes de partir hacia el sitio.
Al mirar la hora, Fil se sorprendió un poco al ver que ya eran las diez de la mañana. Echó un vistazo al escritorio de Kenzo, frunciendo el ceño al ver que él no estaba allí.
—Nos vamos en una hora, pero él todavía no ha llegado —Fil instintivamente agarró su teléfono para llamar a Kenzo—. ¿Estará bien?
Nunca había visto a Kenzo llegar tarde. A menos que tuviera que hacer algo muy importante, entonces lo habría dicho. La llamada solo sonaba hasta que la redirigía al buzón de voz.
