—Bonita habitación —Mariana observó la suite antes de saltar sobre la cama, sonriendo de oreja a oreja—. Mejor que la mía.
—Puedes cambiar conmigo si te gusta esta —Fil bromeó, sentándose en el sillón de la esquina—. Aunque preferiría que no cambiáramos de camas, esa me gusta.
Mariana rió entre dientes, mirando a Fil aliviada. —Estás bien.
—¿Por qué no iba a estarlo? —Fil inclinó la cabeza hacia un lado—. Finalmente estoy invitada a este evento después de quién sabe cuánto tiempo. Solo que tuve que romper mi compromiso.
Mariana sonrió, dándole a Fil "esa" mirada. La última, por otro lado, rodó los ojos.
—Estoy bien, Anne —Fil asintió de manera tranquilizadora—. Ya me conoces. Siempre te digo cuando no es así.
—Siempre me dices cuando ya no puedes más —corrigió Mariana—. O cuando ya lo has superado y todo ha terminado.
Fil apretó los labios mientras las comisuras se elevaban. —Estoy bien —repitió—. Esas cosas pasan.
—¿Las rupturas?
—Mhm. ¿No rompe la gente?