Fil y Marcus se quedaron con Kenzo media hora más. El ambiente no tenía nada de diferente, aunque Kenzo estaba un poco más comedido al hablar con Marcus. Overall, resultó mejor de lo esperado. Seguramente todo iba sobre ruedas si todos seguían el juego.
—Entonces, ¿adónde vamos ahora? —preguntó Marcus en cuanto volvieron al coche—. ¿Tienes otros planes?
Fil se frotó la barbilla.
—Ninguno. ¿Quieres ir a algún lugar?
—No lo pensé mucho porque creí que nos quedaríamos más tiempo aquí —se encogió de hombros—. ¿Quieres ir de compras?
—¿Compras? —parpadeó ella sin tener ni idea mientras él fruncía el ceño—. ¿Por qué iba a querer ir de compras?
Al ver su reacción, Marcus se quedó sin palabras por un momento. La sugerencia era un hábito que había adquirido de todas las mujeres con las que había salido. A todas ellas les gustaba la terapia de compras.