Cedric le da a Yuki una sonrisa sorprendida. —No esperaba una explicación, pero siento que hay más que no me estás diciendo —suspira—. Supongo que necesitaré formar el vínculo de sangre para obtener las respuestas de ella. Se ha abierto al menos un poco por ahora. Tomaré lo que pueda obtener. Es mejor no presionar demasiado. Cedric se levantó y chasqueó los dedos. Una cuerda de seda colgaba en el aire. Agarró la cuerda y ató a Yuki con la atadura de caparazón de tortuga, y luego la ató a la cama. —Me has dicho la mayoría de la verdad, pero no toda la verdad. Así que como castigo te dejo atada a la cama. Al menos hasta que estés lista para abrirte más —Cedric sonríe sádicamente—. Oh, y una vez que salga de la habitación podrás moverte en la cama pero solo hasta donde la cuerda te permita. Tengo trabajo que atender así que volveré más tarde. Me voy Yuki, espero que tengas un día de lucha. Con eso Cedric se levanta y sale de la habitación sin vestirse.
Las puertas se cierran de golpe y Yuki ahora está libre del encantamiento de bloqueo. Yuki sonrió con malicia cuando Cedric salió de la habitación. —Nunca me ordenó permanecer atada. ¿Quizás pueda romper la cuerda? —Yuki intentó romper la cuerda—. Maldita sea, puta cuerda encantada. Yuki se sentó con calma y su cuerpo se volvió translúcido. Las cuerdas cayeron al aire y sobre la cama ya que no había nada que pudieran contener más. El cuerpo de Yuki volvió a solidificarse. —Probablemente debería al menos quedarme en la habitación —Yuki suspiró y se levantó de la cama e intentó pararse pero, su visión se volvió negra y la habitación parecía girar y se desplomó en el suelo.
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Cedric estaba en su oficina al lado del dormitorio. Trabajando en la traducción del texto antiguo de un libro enviado para su trabajo. —La cuerda encantada no la mantendrá contenida... interesante. Realmente necesito averiguar qué tipo de poderes únicos especiales tiene. Parece que el libro que tenía era correcto con los poderes únicos especiales—. Cedric se recostó en su silla y se relajó hasta que sintió que algo estaba mal. Se levantó de su silla y corrió de regreso a la habitación para encontrar a Yuki tumbada en el suelo. —¡Yuki! —Cedric se apresuró hacia ella, la levantó y la acostó en la cama.— ¿Puedes oírme?— Le dio palmaditas en la mejilla. Usó sus poderes para coger el cuchillo y se cortó la punta del dedo y forzó su sangre en la boca de ella. No esperaba que esto sucediera. —¿Son mis poderes demasiado?— Sus pensamientos estaban en un torbellino y dejaron de tener sentido.
La sangre caliente corría en su boca. Yuki mordió el dedo inconscientemente y bebió profundamente. Finalmente abrió los ojos. El color era una mezcla de rojo sangre y plateado. Yuki lamió el dedo y saltó lejos de Cedric. —Amo. No pude controlarme. Deberías irte mientras al menos puedo intentar ganar control sobre mí misma—. Ahora estaba en el lado opuesto de la cama. Sus ojos seguían siendo de dos colores. Lo miraba temerosa, no por ella misma sino por él. Ver sus venas y escuchar su corazón la hacía desear drenar hasta la última gota de su sangre. Apenas tenía control sobre sus impulsos. El deseo se leía claramente en su cara. Sus colmillos esta vez no se retraían. —Amo, por favor, no te acerques más a mí. No podría vivir conmigo misma si te hiriera.
Cedric sintió que algo era diferente. —Yuki, te encontré en el suelo de la habitación. Sabía que te habías salido de las cuerdas pero algo no se sentía bien. Entré en pánico cuando te vi tumbada en el suelo—. Estaba a punto de acercarse más a ella cuando ella comenzó a rogarle. —Explícame qué está pasando. ¿Hay alguna forma en la que pueda ayudarte?— Se acercó lentamente hacia ella. —Es como si estuviera perdiendo el control de sí misma. ¿Es esto el resultado de mezclar su sangre con la mía? Mi magia aún debería poder atarla—. Cedric sonrió y luego procedió a moverse hacia ella. —Yuki... congélate—. Comenzó a cantar un hechizo para noquearla pero si ella se movía podría no funcionar.
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