—¿Por qué yo otra vez? —Su Li se negó.
Su Mo jugó su carta de hermano mayor y le pidió a Su Li que se quedara donde estaba y cultivara hongos de nuevo. Usó su qinggong y siguió a la otra parte con Su Xiaoxiao.
Su Li se agachó en el suelo y dibujó círculos. —Mi qinggong es claramente mejor, y no necesito que me guíes... ¡Eres parcial!
Los dos rápidamente alcanzaron al otro.
Era un hombre con un sombrero de bambú y una túnica gris.
Este atuendo no se parecía al de ninguno de los funcionarios o enviados que habían entrado al terreno de caza hoy.
Era un poco como la Sociedad del Loto Blanco.
Esa persona llegó a un viejo árbol de baniano cubierto de enredaderas y miró alrededor, como si estuviera esperando a alguien.
No mucho después, la persona a la que estaba esperando apareció.
Su Xiaoxiao se quedó ligeramente atónita. ¿Zhao Kangning?
Sin embargo, esto no era lo más impactante. Cuando el hombre se quitó el sombrero de bambú, Su Xiaoxiao vio su rostro claramente.
