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—¡Sorpresa! —Lillian y Madison susurraron en sus oídos.
Kiba estaba gratamente sorprendido.
Una de las mujeres bailaba su lengua alrededor de la cabeza hinchada de su polla mientras lo chupaba. La otra le pasó la lengua a sus testículos y luego se llevó uno de ellos a la boca, bañándolo lentamente con humedad.
Lillian señaló a la que le estaba chupando.
—¡Ella es Rosemary!
Rosemary levantó la mirada mientras subía y bajaba. Sus exóticos ojos brillaban con reverencia mientras su lengua se deslizaba sobre la cabeza en forma de hongo, lamiendo los hilos de líquido preseminal entremezclados con su saliva.
—Es hermosa, ¿verdad? —Madison preguntó mientras le besaba la oreja.
—¡Sí! —Kiba estuvo de acuerdo.
—¡Por eso ella es nuestro primer regalo para ti! —Lillian dijo mientras alcanzaba por detrás de Rosemary y levantaba su vestido de sol.