Leonardo ha presenciado a su futuro asesino seduciendo a su madre enferma de dolor utilizando su muerte como catalizador. Saber cuán agradecidos estaban sus padres con su asesino, retorcía sus entrañas de horror aún más.
—¡Eres Satanás! —gritó Leonardo, su voz llena de tanto ira como angustia.
La muerte era suficientemente aterradora, pero el futuro de sus padres lo dejó en una desesperación que nadie podía comprender.
Enchantia se sorprendió por las emociones que captó de él. Estaba completamente destrozado, tal y como Alistair.
Entonces, Enchantia observó a Kiba y pensó: «Prometió hacerles vivir un infierno en la Tierra. ¡Y lo hizo sin usar violencia!»
Kiba llevó el dorso de una mano a su boca para limpiar la sangre de sus labios.
La habilidad que usó en Leonardo era similar a la precognición, pero como intentó copiarla sin conocer su mecanismo, su cuerpo sufrió graves efectos secundarios.
A Kiba no le preocupaba, sin embargo. Solo necesitaba algo de tiempo para recuperarse.