Uno tras otro, los jóvenes continuaron entrando en el portal para participar en la segunda prueba. Hasta ahora, más de cien entraron en la prueba, y de ellos, cuarenta pasaron. Los participantes fallidos fueron teleportados fuera.
De los cuarenta jóvenes que pasaron, solo cinco de ellos recibieron puntos de mérito en forma de cuentas. Kieron fue premiado con tres cuentas, mientras que los otros cuatro solo tenían una.
Casi ha pasado un día, pero nadie estaba exhausto. La energía en el salón mantuvo a todos frescos.
Unas horas más tarde, el gordito Leonardo saltó hacia el portal. Los demás miraron la proyección en el techo para observar su prueba.
Para su asombro, pasó el mundo ilusorio en poco más de nueve minutos. ¡Hasta ahora, era un récord!
Hay que recordar que la ilusión no era diferente de la realidad con componentes de sueño. Uno olvidaría todo lo demás, incluido su viaje a la región central, y se perdería en la ilusión...