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—Doctora, ¿qué le ha pasado? —preguntó Kyla, con lágrimas corriendo por sus mejillas.
—No lo sé con seguridad ya que es la primera vez que he visto este tipo de oscilaciones neuronales —respondió el doctor con un suspiro—. Pero lo más probable es que algo haya dañado su propia conciencia.
Kyla se desanimó ante esas palabras.
Si incluso el doctor decía tal cosa, ¿cuál era la posibilidad de que se recuperara?
—La parte del cerebro que conforma su personalidad no está dañada —contempló el doctor en su interior. No dijo las palabras en voz alta ya que no quería que ella se deprimiera más—. Así que lo más probable es que sea consciente del comportamiento de su cuerpo, pero lo único que puede hacer es sufrir.
El doctor miró a Cleo con lástima. No desearía tal estado ni siquiera para su peor enemigo.
—Kyla, encontraremos una cura, así que no te preocupes —intentó el doctor pacificarla.