En su aturdimiento, Lin Huanhuan creyó oír intensos choques y gritos desgarradores.
Quería despertarse, pero no podía abrir los ojos.
Vagamente, pensó que escuchó a alguien llamarla suavemente por su nombre en sus oídos —Huanhuan.
¿Quién la llamaba?
Lin Huanhuan encontró la voz familiar. Pensó en ello durante mucho tiempo y finalmente recordó que era la voz de Bai Di.
¿Estaba soñando?
Si era así, esperaba que el sueño durara para siempre.
...
Mu Xiang trajo a los nueve cachorros a visitar. Los cachorros de lobo originalmente desnudos ya habían crecido suave pelaje. Parecían nueve redondas bolas de pelo.
Entraron en la casa tras su madre. Era una vista muy encantadora.
Bai Di agarró una bolsa de cecina para que los cachorros de lobo mordisquearan.
Huanhuan había marinado la carne con condimentos antes de secarla. Era fragante pero un poco dura.
Los cachorros de lobo comían con gusto.
