—Shuang Yun se inclinó frente a Huanhuan y olfateó sus labios, mejillas, orejas, cuello y hombros. Parecía una esposa revisando a su marido, que llegaba tarde a casa, para asegurarse de que no estaba teniendo un lío.
—Huanhuan apartó su cabeza —¿Qué estás haciendo?
—Shuang Yun la miró fijamente a la cara —Hueles a Bai Di.
—Huanhuan tosió ligeramente y pretendió estar tranquila —¿Ah sí? Yo no huelo nada.
—El olor es especialmente fuerte. Lo olí en cuanto saliste por la puerta —dijo él.
—Está bien.
—Shuang Yun estaba tan afligido como una esposa celosa —Eres tan fría.
—¿Lo soy?
—Lo eres.
—Huanhuan aceptó —Está bien, lo soy.
—…
—Al ver su mirada de pena, Huanhuan no pudo evitar sonreír. Extendió la mano y tocó su corto pelo plateado-blanco —La expresión en tu cara ahora hará que la gente piense que te estoy maltratando.
—Shuang Yun se frotó contra su palma y resopló —Me estás maltratando.
—Te quiero tanto. ¿Cómo podría soportar maltratarte? —contestó Huanhuan.