Sally se inclinó ante todos los invitados.
—Si no fuera por las honorables personas presentes, apoyándonos, a nosotras las huérfanas y viudas, el alma de mi esposo quizá no hubiera sido reclamada tan fácilmente. Si él resucitara, seguramente se unirá a mí para expresar nuestra gratitud a todos. Aunque no resucite, yo, Sally, haré todo lo posible por vengar a mi esposo sin implicar a los inocentes. Gracias a todos. Yo, Sally, estoy profundamente agradecida.
—Viejo Zhu, si no quieres a una nuera tan buena, haré que mi hijo la lleve de vuelta a casa en un gran palanquín —alguien le gritó a Zhu Min.
Zhu Min respondió: