Finalmente, Yu Yan todavía no había evitado el corazón curioso de Sally y la dejó probarlo.
Después de beber, Sally sintió que su boca se humedecía, pero no tuvo otras sensaciones, no era ni dulce ni sabroso, completamente ordinario.
—Vamos a buscar Vid de Garra de Dragón en su lugar —Sally continuó caminando hacia adelante.
Cada vez que veía un punto en el mapa que centelleaba con luz dorada, se acercaba a echar un vistazo. Si le parecía interesante, lo comía; si no, se lo pasaba a Yu Yan y Yin Zang.
Sally notó que Yin Zang parecía bastante interesado en coleccionar estos objetos, así que le daba todos los tesoros que no estaban listados como objetivos de misión para que los guardara.
Que él aumentara su fuerza era lo mismo que fortalecer su escuadrón, lo cual era algo bueno.
Después de todo, no estaría bien si él arriesgaba su vida siguiéndola a la Guerra Santa y no obtenía nada a cambio.
Así que les daba cualquier cosa buena que encontraban.