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Chapter 30 - Las Sombras del Primer Asalto

En la dimensión de los No-Muertos, la vida cotidiana estaba impregnada de un aire oscuro y sombrío. Las calles estaban cubiertas de una neblina densa que se arrastraba entre los edificios en ruinas, y el sonido de lamentos y susurros inquietantes llenaba el aire. Era un lugar donde la muerte y la desesperación reinaban, donde la esperanza era un recuerdo lejano y la luz del sol nunca se atrevía a penetrar.

En medio de este paisaje desolado, Manuel caminaba por las calles con una mirada sombría en sus ojos. Su figura estaba envuelta en sombras, su rostro marcado por la lucha interna que lo consumía. Con cada paso, podía sentir las mutaciones en su cuerpo, los cambios que lo estaban transformando lentamente en algo que apenas reconocía.

Manuel: (susurrando para sí mismo) ¿Qué está pasando conmigo?

A su alrededor, otros habitantes de la dimensión de los No-Muertos continuaban con sus propias vidas tortuosas. Algunos se arrastraban por las calles, gimiendo de dolor, mientras que otros se escondían en las sombras, temerosos de ser atrapados por las criaturas que acechaban en la oscuridad. E

n un rincón oscuro de la ciudad, Frizt observaba la escena con una expresión de desdén en su rostro. Era un ser imponente, con ojos fríos y una presencia que inspiraba temor en todos los que lo rodeaban.

Frizt: (con voz grave) Esta dimensión está podrida hasta la médula. No hay esperanza para los débiles.

Manuel se acercó a Frizt con cautela, consciente del poder que emanaba de él.

Manuel: (con incertidumbre) Frizt, ¿puedes ayudarme? No sé qué está pasando conmigo, estas mutaciones... me están consumiendo.

Frizt lo miró con desdén, evaluando su situación con una mirada fría.

Frizt: (con amabilidad) Eres fuerte, Manuel. No mereces la ayuda de nadie. Pero si estás decidido, puedo enseñarte el camino. Pero ten en cuenta que el precio será alto.

Manuel asintió con determinación, dispuesto a hacer lo que fuera necesario para detener las mutaciones que lo estaban consumiendo.

Manuel: (con determinación) Estoy dispuesto a pagar cualquier precio. Solo quiero detener esto antes de que sea demasiado tarde.

Frizt asintió con satisfacción, sabiendo que tenía a otro seguidor dispuesto a someterse a su voluntad.

Frizt: (con frialdad) Muy bien, Manuel. Prepárate para el Primer Asalto. Es hora de mostrarles a todos de lo que eres capaz.

Mientras tanto, en otra parte de la dimensión de los No-Muertos, los altos mandos continuaban con sus prácticas despiadadas, torturando a los indefensos para su propio beneficio. La corrupción y la crueldad reinaban en esta dimensión, y aquellos que se atrevían a desafiar a los poderosos lo hacían bajo su propio riesgo.

En medio de este caos, la batalla por el poder se intensificaba, y aquellos que luchaban por el dominio estaban dispuestos a hacer cualquier cosa para alcanzar sus objetivos. El Primer Asalto se avecinaba, y con él, la promesa de un enfrentamiento épico que cambiaría el destino de la dimensión de los No-Muertos para siempre.

Mientras Manuel se adentraba en las sombras de su propia existencia, las mutaciones que lo aquejaban comenzaban a revelar su verdadero propósito. Lo que parecía ser una maldición se transformaba lentamente en un regalo oscuro, poderes que yacían dormidos dentro de él durante mucho tiempo, ahora despertaban con una fuerza imparable.

Frizt observaba con interés cómo Manuel luchaba por controlar sus nuevos poderes, sabiendo que cada transformación lo llevaba un paso más cerca de su destino final. Aunque Frizt era conocido por su crueldad y despiadada ambición, tenía planes más oscuros para Manuel.

En lugar de verlo como una simple herramienta, lo consideraba un aliado potencial, un recurso valioso que podría utilizar en su propia búsqueda de poder.

Frizt: (con una sonrisa siniestra) Estás progresando rápido, Manuel. Tus poderes son impresionantes, pero aún necesitas aprender a controlarlos.

Manuel asentía con gratitud, agradecido por el apoyo de Frizt en este momento de necesidad.

Manuel: (con determinación) Gracias, Frizt. No podría haber llegado tan lejos sin tu ayuda.

Frizt ocultaba sus verdaderas intenciones detrás de una fachada de amabilidad, consciente de que el momento de la verdad se acercaba. Sabía que una vez que Manuel alcanzara su máximo potencial, sería una fuerza imparable, y necesitaba asegurarse de que estuviera del lado correcto cuando eso sucediera.

Frizt: (con una mirada penetrante) Recuerda, Manuel, siempre estoy aquí para ti. No importa lo que suceda, siempre puedes confiar en mí. Manuel asentía con gratitud, sin darse cuenta de las verdaderas intenciones de Frizt.

Pero a medida que sus poderes continuaban creciendo y su control sobre ellos se fortalecía, Manuel comenzaba a cuestionar su lealtad hacia aquellos que lo habían ayudado en su momento de necesidad. Mientras tanto, en el mundo de los No-Muertos, la batalla por el poder se intensificaba con cada día que pasaba.