Beckett Carmichael escuchó, su corazón henchido de emoción.
Medio mes, eh... Tenía ciertas ganas de ver el estado de la familia Huntington en medio mes.
Desde que llegó a la capital, Julio Reed nunca había incumplido su palabra.
—¡Julio Reed, eres demasiado arrogante! —El rostro de Darrell Huntington se oscureció como si pudiera escurrir agua.
Acababa de sufrir la pérdida de su querido nieto, y ahora estaba siendo amenazado en público.
Uno podía imaginar la furia dentro de él.
Si no fuera por los negocios de hoy, ¿hubiera venido a esta humillación voluntariamente?
Aunque venía preparado, enfrentarlo directamente ahora era todavía algo insoportable.
¡Pero, afortunadamente, pronto tendría su venganza!
¡Resiste! —Darrell Huntington tomó una respiración profunda, recordándose constantemente mantener su ira bajo control.