Mack, quien había abandonado los barrios bajos, regresó corriendo a la mansión familiar para encontrar a sus padres. Esperaba y rezaba, al partir, que sus padres estuvieran bien. Si les pasaba algo, no sabría qué hacer.
Cuando Mack llegó a la mansión familiar, fue recibido por la atmósfera pacífica. Había criadas entrando y saliendo de la mansión como siempre. Mack había extrañado mucho ese estilo de vida lujoso. Si su madre no hubiera tenido problemas con la familia Yong en aquel momento, nunca habrían sufrido en primer lugar, pero incluso su familia tenía miedo de Noah Declan.
Habían sido como parias, nadie quería estar asociado con ellos de ninguna manera.
Mack caminó silenciosamente hacia la mansión con la esperanza de encontrar a sus padres. Esta era su última esperanza, rezaba por que estuvieran aquí y bien. Rezaba porque no les hubiera pasado nada malo, de lo contrario, nunca podría perdonarse a sí mismo.