Ahora Penny solo podía esperar que Noah Nelson no fuera uno de esos perdedores que comenzaran a echar de menos a sus viejos amores después del divorcio.
Porque si Mateo se encontrara con Ariana, sería una sentencia de muerte para ella.
Por otro lado, al bajar Ariana del coche en la acera familiar pero desconocida de la mansión Nelson, dirigió su atención hacia Nicolai, quien estaba inusualmente callado esta noche.
—Señor De Luca, ¿está todo bien con usted? —preguntó Ariana al hombre que estaba terriblemente rígido y frío.
—Estoy bien —respondió Nicolai sin pensar mucho mientras miraba fijamente a los tres hombres que observaban a Ariana con una mirada cómplice en sus ojos.
Él conocía muy bien esas miradas de fóllame, habiendo crecido con un montón de perros como hombres.