En un costoso ático en un edificio en el centro de Ciudad Lonest, una joven acababa de entrar en la habitación que pertenecía a su hermano, miró a su alrededor la silenciosa habitación y se palpó el pecho al ver que su hermano seguía ocupado socializando y no había vuelto.
—Oh, gracias a Dios, pensé que no podría escaparme —murmuró Penélope mientras se dirigía fuera de la habitación que estaba conectada con la sala de estar mientras la habitación de su hermano estaba justo al otro lado de la suya.
Ella estaba vestida con un mini vestido negro que apenas le llegaba más allá de sus muslos superiores con tacones mortales. Su largo cabello rubio estaba rizado y lanzado hacia atrás, mientras sus ojos verdes tenían una mirada cargada de lujuria. Que se hizo aún más prominente ya que había aplicado un maquillaje ahumado en sus ojos.