—No tomé sus palabras literalmente, enfermera Mable —negó Ari con la cabeza—. Le dio a la enfermera de mayor edad una sonrisa amable y dijo:
— De cierto modo, ellos también estaban haciendo su trabajo. Estoy segura que debe ser bastante molesto, con mujeres que vienen todos los días al hospital y traen almuerzo para el doctor Dimitri.
—Tienes toda la razón en eso, es simplemente terrible querida —Mable hizo un gesto con la mano demostrando ligera molestia—. Aunque les hemos dicho a esas admiradoras del doctor Aiden que él no come nada aparte de la cocina de su madre porque tiene el estómago débil. Aún así no escuchan ni una palabra de lo que decimos.