Chapter 12 - 012

"¿Así que te vas a casar?"

Aspen se quedó parado, "¿Quién te dijo eso?"

Miro no le dijo nada, solo lo miraba fijamente.

Aspen pensó en Ayla, "¿Ayla te lo contó?"

Miro frunció el ceño sin responderle.

Aspen entendió, puso cara de pocos amigos y le explicó,

"No te dejes llevar por sus cuentos. Papá no tiene planes de buscarte una madrastra. Sabes que nunca he dejado de buscar a tu verdadera mamá."

"¿Entonces no te vas a casar con ella?"

"¡No me casaré!"

"¿Seguro?"

"¡Seguro!"

Al oír eso, Miro se relajó un poco, "No me cae bien."

Aspen le dijo, "A mí tampoco."

Miro le dijo, "¿Hay alguna noticia de mi mamá?"

"Por ahora no, pero tranquilo, en cuanto sepa algo, serás el primero en enterarte."

¡Qué sentimientos tan encontrados tenía Aspen hacia esa mujer!

Ella había sido su antidoto y, de cierto modo, le había salvado la vida, estaba agradecido. con ella.

Además, era de los que pensaban que lo que se comparte en la vida, se comparte una sola vez y para siempre. Si ya había tenido algo con ella, debía ser ella y nadie más, Por eso quería encontrarla, casarse con ella y vivir a su lado una vida plena y feliz.

Pero después, con la llegada inesperada de Miro, además de amor, Aspen sentía rencor.

Ella era la única mujer con la que él había estado, Miro tenía que ser su hijo, el fruto de su amor. ¿Cómo podia simplemente abandonarlo?

Si Ayla no hubiera encontrado a Miro por casualidad, jel niño habría muerto en la puerta de su casa!

¡La había dejado a él y a su hijo!

¡Qué corazón tan cruel!

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Aspen se quejaba por dentro. Viendo que Miro se habia calmado un poco, se acercó, sel agachó y le acarició la mejilla a su hijo con ternura,

"Miro, papá quiere encontrarla tanto como tú, me encantaría que apareciera justo ahora frente a nosotros, pero... hay cosas que no se pueden forzar, no podemos tenerla solo porque la extrañamos."

El magnate y su hijo precioso estaban solos, abandonados por la misma mujer.

Miro fruncia el ceño con fuerza,

"¿Por qué mamá no nos quiere? ¿Es que tú no lo hiciste bien o soy yo el que no est suficiente?"

Aspen negó con la cabeza, "Ella se fue cuando tú acababas de nacer, no puede ser tu culpa, eres un niño increible."

"Entonces fuiste tú quien no lo hizo bien, ¿verdad? ¿La trataste mal y la hiciste huir?"

"Yo..." Aspen quería defenderse, pero algo dentro de él no lo dejaba.

Aunque tenía sus razones en aquel momento y no podía ir al hospital, si no fuera por ella, él habría muerto.

Pero ella había luchado y se había resistido.

En cierto modo, él la había forzado.

No sabía si ella se había ido a escondidas por eso...

Él estaba equivocado, lo sabia, y quería enmendarlo, queria vivir con queria vivir con ella sinceramente por el resto de su vida.

"... Miro, hubo algunos malentendidos entre tu mamá y yo, pero créeme, le Ο Π

prometí que la haría la mujer más feliz y respetada del mundo. Sin embargo, desapareció... Tú la extrañas, y yo también."

Miro miró a Aspen un rato más y luego, como si estuviera molesto, se dio la vuelta y se sento frente a la ventana, mirando esperanzado hacia la puerta de la villa.

Cuando estaba solo en casa, a menudo se sentaba allí.

Esperaba que algún día, su mamá apareciera de repente y él pudiera verla de inmediato.

Aspen, viendo la imagen desolada de su hijo, se sentía dolorido por dentro..

Cada vez que pasaba esto, no podía evitar reprocharse en su corazón.

Mujer desalmada, ¿dónde diablos te has metido?

El niño está enfermo de tanto extrañarte, ¿y tú no vuelves?

¿No te duele el corazón al dejarnos así, a tu hijo y a mi?