Chapter 14 - 014

Justo cuando Ayla estaba a punto de decir algo, Aspen la interrumpió:

"Miro está en muy mal estado ahora, a menos que sea algo urgente, mejor no vengas más a mi casa. Si necesitas venir, llámame con antelación."

Ayla lo miró con los ojos bien abiertos, "¿¡Qué!?"

¿Ahora por un escándalo de Miro no podía entrar a la casa de Aspen como le daba la gana?

¿Qué la diferenciaba entonces de todas esas otras que estaban detrás de Aspen?

¡Eso no podía ser!

"Aspen, yo..."

"Lo primero es Miro, así quedamos", le dijo Aspen con una frialdad que cortaba, dándole a entender a Ayla que debía irse. Ese era su castigo por hablar sin pensar delante de Miro. Él ya le había dejado claro que no se casaría con ella en la vida, y aun así se atrevió a provocar a Miro con sus palabras.

Además, de todas formas él nunca había querido que Ayla viniera tanto a su casa.

Ayla se sentía frustrada, pero al ver que Aspen parecia realmente enojado, no se atrevió a contradecirlo en ese momento y optó por irse sin protestar.

Aspen luego le dijo al mayordomo:

"Si ella viene a la casa, no la dejes entrar sin llamarme primero."

"¡Entendido!"

No mucho después, llegó apresuradamente Nathan Castro.

Nathan era el mejor amigo de Aspen y también era médico. Ambos se pusieron a hablar sobre Miro.

"Por cómo reaccionó hoy Miro, diría que su trastorno bipolar está empeorando. Si sigue así, no pinta bien la cosa", le dijo Nathan después de escuchar a Aspen.

"Pero si ha estado tomando su medicación."

"No es cuestión de medicinas, Miro tiene un problema psicológico grave. Su obsesión con su madre es muy profunda, si pudiéramos encontrarla y traerla de vuelta, seguro se resolvería el problema."

Aspen encendió un cigarrillo, mostrando su ansiedad.

Si pudiera encontrarla, ya no tendría de qué preocuparse.

Incluso una vez intentó traer a una mujer que se parecía a la madre de Miro en los recuerdos del chico, pero Miro era astuto, se dio cuenta al instante y montó en cólera.

Nathan, conociendo la situación, suspiró y le dijo:

"Si no queda otra opción, contrata a una psicóloga infantil. Que sea una especie de niñera y esté con Miro todo el tiempo.

Si Miro no la rechaza y logra comunicarse con él, podrá entrar en su mundo interior y ayudarlo a sanar sus heridas emocionales.

Y si no puede curarlo, al menos podrá vigilarlo y evitar que su condición empeore o que pase lo de hoy. Al menos habrá alguien con él cuando tenga una crisis."

Aspen asintió, "¿Conoces a alguien adecuado?"

"No por ahora, pero si no te importa tener a una desconocida en tu casa todos los días, puedo buscar a alguien."

"No me preocupa, lo importante es Miro."

Por su hijo, haría lo que fuera, así que eso era lo de menos.

"Vale, en cuanto vuelva, busco a alguien."

"Está bien."

De repente, el teléfono móvil de Aspen sonó, "Jefe, ¡tenemos problemas! ¡La Srta. Carol se escapó!"

"¿Se escapó?"

"Sí, la alarma contra incendios del edificio se disparó de repente y todo el mundo corrió hacia fuera en pánico, fue un caos y la Srta. Carol aprovechó para huir."

"¡Inútiles! ¡No son capaces de vigilar a una mujer!", Aspen ya estaba de mal humor esto solo lo enfureció más.

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Se ajustó la corbata y le preguntó con voz grave:

"¿Por qué sonó la alarma? ¿Qué la causó?"

"Alguien soltó una bomba de humo en el sótano, activando la alarman encontrarmos a la persona responsable, y las cámaras de pero no seguridad están dañadas."

Al escuchar eso, Aspen frunció el ceño con una frialdad siniestra en su mirada.

Alguien había usado una bomba de humo para liberarla y además dañaron las cámaras. Significaba que tenía cómplices.

Hoy casi había dejado de sospechar de ella, parecía que había subestimado la situación.

"¡Rastrea su ubicación y tráela de vuelta!"