Chereads / Hannoria / Chapter 23 - Inflexión

Chapter 23 - Inflexión

— ¿Qué estás haciendo? ¡Por favor, detente! —gritó Luca con una mezcla de terror y súplica, su voz resonando en la estancia con una urgencia desesperada.Con el eco de las palabras de Matteo resonando en la habitación, Luca se encontró paralizado por el miedo y la culpa, una sensación abrumadora que lo envolvía como una manta gélida en una noche sin estrellas. Sus intentos frenéticos por liberarse resultaron inútiles mientras su hermano se abalanzaba hacia él con una ferocidad despiadada, como un depredador acechando a su presa con la certeza de su inevitable destino.Atado a la cama del hospital, Luca sintió como si estuviera atrapado en un sueño pesadillesco del que no podía despertar, cada momento eterno prolongando su sufrimiento hasta límites insoportables. Sus súplicas desesperadas cayeron en oídos sordos mientras Matteo avanzaba inexorablemente hacia él, sus ojos ardiendo con una determinación oscura que anunciaba el fin inevitable.Con un gesto final de crueldad, Matteo clavó su mano en el pecho de Luca, como una daga que se hunde en lo más profundo de su ser, arrancando un grito desgarrador de los labios de su hermano. La carne se desgarró con un sonido repugnante, y la sangre brotó en un torrente oscuro que empapó las sábanas blancas de la cama del hospital, tiñéndolas de un rojo vívido que marcaba el fin de toda esperanza.Luca se retorcía en agonía mientras el dolor se apoderaba de él, cada fibra de su ser sintiendo el impacto devastador de la traición de su propio hermano. Sus pulmones se llenaron de un líquido cálido y metálico, mientras luchaba por respirar en medio del horror que se desplegaba ante sus ojos, su mente sumida en un torbellino de confusión y desesperación.Mientras el mundo giraba en una espiral de caos a su alrededor, Luca se aferraba a un hilo de esperanza, rezando por un milagro que lo liberara de las garras de su hermano. Pero en ese momento de oscuridad abrumadora, solo había espacio para el dolor y la desesperación, mientras Matteo, el verdugo y el juez, cumplía su destino impío con una mano erguida que punzaba y penetraba el corazón de su propia sangre, sellando un pacto infernal que ninguna lágrima podría deshacer.Matteo contempló el cuerpo de su hermano con una mezcla turbulenta de emociones, donde el odio y la satisfacción se entrelazaban en un torbellino de sentimientos encontrados. Había saciado su sed de venganza, había cumplido con un destino perseguido durante años, pero al mismo tiempo, perdió a su hermano para siempre, estaba consciente de que había cruzado un umbral del cual no había retorno.Emergiendo de la habitación envuelto en un aura siniestra, Matteo parecía una sombra en movimiento, una presencia ominosa que anunciaba la llegada de la tragedia. Los últimos cinco años habían marcado una transformación radical en su ser, convirtiéndolo en algo más que un simple Erradicador; era una fuerza de destrucción encarnada, una máquina de caos lista para desencadenar la perdición.Cada fibra de su ser había sido sometida a torturas inimaginables, cada parte de su cuerpo y mente habían sido moldeadas por el dolor y la oscuridad. Pero en lugar de quebrarlo, estas experiencias habían forjado su espíritu en una fundición de acero, convirtiéndolo en un ser inhumano capaz de soportar el peso del sufrimiento y la desesperación con una fortaleza sobrehumana. En los abismos de su ser, Matteo había encontrado un poder oscuro y primordial que lo había elevado por encima de su humanidad, transformándolo en un arma letal lista para cumplir con su destino impío.La noche se cernía sobre la ciudad en un manto oscuro y silencioso, envolviendo las calles en un silencio opresivo. En su habitación, Chloe estaba sumida en la penumbra cuando un ruido inusual perturbó su tranquilidad. Con la rapidez de un felino alerta, se apresuró a tomar el arma que yacía oculta bajo su cama, activando un escudo de energía que la envolvió en un aura protectora mientras permanecía en alerta en la oscuridad.La puerta del corredor se abrió con un chirrido ominoso, y una figura conocida emergió de las sombras, una chica con el uniforme militar que Chloe reconocía al instante. Sin embargo, la familiaridad no disipó su cautela, y Chloe apuntó su arma con determinación.— ¿Qué haces? ¡Deja de apuntarme con ese rifle y vístete! Debemos ir a reportarnos. Tu padre tiene una nueva misión para nosotras. Te espero afuera —dijo Anna con una voz cargada de molestia, su presencia imponente llenando la habitación con una intensidad palpable.Anna Rigot, una de las Erradicadoras más temidas en el campo de batalla, era una presencia intimidante para Chloe, una sombra implacable que siempre parecía acechar en las esquinas de su conciencia.Descendiendo al primer piso, Chloe se encontró con un convoy de vehículos militares esperando en la oscuridad. Mientras se subía al vehículo que Anna indicaba, su mente divagaba en los recuerdos de su padre y en cómo sería su reacción al volver a verlo después de tanto tiempo.Finalmente, llegaron al imponente cuartel general de Nosmoth, donde otros ocho Erradicadores aguardaban la llegada de Chloe con expectación. Mirando hacia una pantalla que mostraba el mapa de Mifdak y varias bases de datos de conflictos anteriores, la voz firme y grave del Emperador resonó a través de las bocinas, llenando el ambiente tenso del cuartel con un aura de autoridad y determinación.El ambiente en el cuartel general de Nosmoth estaba cargado de tensión y expectación, cada Erradicador aguardando ansiosamente las instrucciones del Emperador de Hannoria. Entre ellos se encontraban Matteo, Sarah, Paulo y Chloe, junto con otros ocho compañeros, cada uno listo para cumplir con su deber en nombre del imperio.La figura imponente del Emperador se proyectaba en una pantalla, su voz firme y grave llenaba la habitación, resonando con autoridad cuando anunció el inicio de la reunión.— Bienvenidos sean. Ahora que están todos presentes, podemos comenzar con la reunión — su tono era imperativo, dejando claro que cada palabra pronunciada sería crucial para el futuro del imperio.La mesa holográfica se activó con un zumbido suave, desplegando un modelo 3D detallado del mapa de Mifdak. Los ojos de los presentes se enfocaron en las líneas que delineaban las fronteras y las bases estratégicas del enemigo, mientras absorbían cada detalle con atención.— La CSG siempre ha buscado replicar mis creaciones, y ahora han llegado a un punto crítico que podría poner en riesgo el proyecto de trascendencia. He meditado mucho en la idea de conquistar completamente este continente, y ahora estoy seguro de que es lo correcto — la voz del Emperador resonó en la sala, cargada de determinación y propósito.— El próximo 28 de agosto, realizaremos el último ataque. Conquistaremos Mifdak de una vez por todas — continuó el Emperador, su declaración marcando el inicio de una nueva fase en el conflicto, un punto de inflexión en la guerra que había consumido la nación por años.Matteo, el líder de los Erradicadores asintió con solemnidad mientras absorbía cada palabra del Emperador, su rostro impasible ocultando las emociones que bullían en su interior.— Entendido, su majestad. Nos encargaremos de que la misión sea un éxito —respondió con firmeza, su voz resonando con confianza en sus habilidades y las de su equipo, comprometido con la causa que defendía.Chloe, Anna y Paulo, los líderes de las veinticinco tropas élite, asintieron en señal de compromiso. Sabían que estaban a punto de embarcarse en una de las misiones más importantes en los últimos años de guerra, pero estaban dispuestos a darlo todo por su país y su Emperador.— No le defraudaremos, su majestad —aseguró Chloe, con su mirada fría observando el holograma de su padre, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros.— No podemos permitir errores. Quiero que capturen a Voznikov y lo traigan ante mí —ordenó el Emperador con severidad, su voz resonando con autoridad absoluta.— Entendido, gran líder. Nos aseguraremos de traer a Voznikov ante usted —afirmó Anna, su voz resonando con determinación, consciente del desafío que les aguardaba.El Emperador asintió, satisfecho con la respuesta de sus creaciones. Sabía que la tarea que tenían por delante sería difícil, pero confiaba en el poder de sus soldados y en su devoción por la causa.— Que la fortuna esté de nuestro lado. Hannoria prevalecerá —declaró con solemnidad, mientras se preparaban para la batalla que decidiría el rumbo de esta gran guerra, su voz resonando con la certeza del destino que les aguardaba.La misión era clara y la tarea urgente. Chloe sabía que tenía que estar preparada para cualquier cosa que pudiera suceder, porque su éxito significaba la aprobación de su padre y el bienestar del imperio.Los soldados se despidieron del Emperador con una reverencia y salieron de la sala, listos para enfrentar el desafío que les aguardaba. Pero detrás de las cortinas del poder, el juego de estrategias y conspiraciones se desarrollaba con una habilidad sin igual, tejiendo una red de intrigas que amenazaba con desestabilizar incluso los cimientos más sólidos del imperio.Antes de que todos se marcharan, el Emperador convocó a Anna, su más letal soldado, para hablar a solas con ella. Los demás soldados continuaron su camino, abandonando la sala, dejando a Anna frente al holograma del Emperador, lista para recibir las órdenes más oscuras y peligrosas que pudiese haber.En la pantalla, apareció una identificación y una ubicación precisa, detalles que indicaban la gravedad de la tarea que le aguardaba.— Uno de los funcionarios principales de esta ciudad está intentando iniciar un atentado para poder penetrar en el cuartel general y robar los prototipos del misil NKHK. En este momento, se encuentra en una bodega de armas con un batallón de 500 hombres a las afueras de la ciudad. Debes asesinarlo frente a todos los presentes, para que sepan lo que les ocurrirá a quienes osen revelarse contra mí —ordenó el Emperador con un tono gélido y autoritario.Sin inmutarse ante la siniestra petición del Emperador, Anna respondió con una sonrisa en el rostro y una mirada fría en los ojos, mostrando su total devoción por la causa que defendía.—Entendido, señor Emperador. Será un placer cumplir con su voluntad —afirmó con determinación, preparada para llevar a cabo la misión con una eficiencia letal.