Hans empuña su revólver con determinación y dispara certeramente hacia la dirección de la erradicadora, cuya figura se desploma al recibir el impacto de la bala. En un movimiento rápido, ella se sumerge en las aguas turbias y emerge en la cubierta del barco, su rostro marcado por una expresión de furia desenfrenada. Con golpes rápidos y precisos, la soldado arremete contra Hans, desgarrando su mandíbula con un golpe brutal y fracturando sus costillas con una patada poderosa. Sin embargo, la adrenalina bombeando en las venas de Hans acelera su capacidad de regeneración, sanando sus heridas al instante.
— ¡Estás acabada! — grita Hans, desafiante, mientras se prepara para continuar la batalla.
La soldado, sorprendida por la resistencia de su oponente, continúa el enfrentamiento cuerpo a cuerpo mientras el barco se balancea con las olas. A pesar de la aparente disparidad de fuerzas, Hans se mantiene firme, su cuerpo regenerándose rápidamente ante cada golpe recibido.
— Lo siento... — murmura la joven entre dientes, su voz apenas audible sobre el estruendo de la lucha.
Las palabras de la soldado desconciertan a Hans por un instante, lo que le da una breve pausa en la refriega.
Aprovechando la oportunidad, la soldado sujeta el cuello de Hans con fuerza, torciendo su cabeza con violencia antes de arrojarlo al mar con un movimiento fluido y letal.
— ¡Maldita sea! — murmura Hans con rabia mientras emerge de las aguas, determinado a continuar la pelea.
Sin embargo, la soldado se escapa antes de que Hans pueda reaccionar por completo, dejándolo solo en el bote junto al cuerpo inerte de Sammuelle.
— Esto no puede ser real... — murmura Hans, con la mirada perdida en el vasto horizonte del mar.
Con cuidado, Hans recoge el cuerpo de Sammuelle en sus brazos, sintiendo el peso de la pérdida y la confusión abrumándolo. Lágrimas silenciosas ruedan por sus mejillas mientras observa el agua, su mente llena de preguntas sin respuesta.
— No comprendo... ¿Cómo es posible que un simple disparo la haya herido? — se cuestiona, con la mente llena de incertidumbre y desconcierto.
Con determinación renovada, Hans dirige el bote hacia Solara, una isla envuelta en una suave y misteriosa aura de luz. Con cada remada, se acerca más al enigma que rodea a su enemiga, sintiendo el pulso de la batalla latiendo en su corazón mientras se prepara para enfrentar lo desconocido.
Después de anclar el bote, Hans se aventura hacia el interior de la isla en busca de señales de los soldados del Imperio y de la enigmática mujer. Sin embargo, su búsqueda resulta infructuosa y pronto se encuentra perdido entre la maleza.
— Este árbol... ya lo pasé dos veces. ¿Estoy dando vueltas en círculos? — murmura, sintiendo la inquietud crecer en su interior.
Sus pasos lo llevan hacia una abertura en el suelo, y sin pensarlo dos veces, se acerca para examinarla. En un instante, cae en un abismo que lo conduce a una cueva subterránea, donde descubre un mundo olvidado.
Informe de Avistamiento de los seres denominados "Erradicadores"
Fecha: 13 de diciembre de 1912
Lugar: Territorio recuperado por el ejército de Mifdak
Clasificación: Confidencial - Nivel 5
Resumen:
El primer avistamiento documentado de la entidad identificada como "Erradicador" se produjo durante una operación militar dirigida por el general Hernest Val Gedder en el territorio recuperado por el ejército de Mifdak el 13 de diciembre de 1912. La misión, que inicialmente se consideró exitosa, se vio empañada por un evento de naturaleza desconocida y altamente destructiva, con consecuencias devastadoras para las fuerzas aliadas presentes en el lugar.
Detalles del Incidente:
Durante la fase de celebración posterior al éxito de la operación, la base militar estaba bajo estricta vigilancia con una dotación de más de 20 francotiradores y 3 torres de control. Fue en este contexto que se observó una figura que se aproximaba a la base, inicialmente identificada como un soldado herido. Sin embargo, al ser llevado a la enfermería, se descubrió que el individuo estaba empalado por un objeto metálico, que detonó de manera catastrófica, provocando un incendio devastador en la instalación médica.
Posteriormente, la torre de control sur emitió una alerta tras avistar a un individuo clasificado como soldado del Imperio, avanzando hacia la base. A pesar de los esfuerzos coordinados de las fuerzas aliadas y el empleo de armamento pesado, el individuo, protegido por una armadura aparentemente indestructible, continuó avanzando hacia la base sin sufrir daños significativos por el fuego enemigo. La criatura, posteriormente identificada como un "Erradicador", demostró una fuerza y resistencia fuera de lo común al destruir un tanque aliado con un solo golpe, lo que desencadenó el pánico y la retirada de las tropas aliadas.
Consecuencias:
El incidente resultó en la pérdida masiva de fuerzas aliadas en el campo de batalla, con la excepción de un único testigo sobreviviente, cuyo relato proporcionó información crucial sobre los eventos. Esta tragedia, conocida como "La Masacre de las Rosas Negras", ha sido clasificada como una amenaza de alto riesgo por parte de la Coalición de Seguridad Global (CSG), que considera a los "Erradicadores" como armas humanas desarrolladas por el Imperio, capaces de infligir daños devastadores en un corto período de tiempo.
Se recomienda una mayor investigación y preparación para hacer frente a esta nueva y peligrosa amenaza. Es imperativo desarrollar estrategias de defensa efectivas y mejorar la coordinación entre las fuerzas aliadas para contrarrestar futuros ataques de los "Erradicadores".
Fin del informe.