Capítulo 4
Un rayo del sol entra desde la ventana de la enfermería. Xun abre los ojos viendo directamente el techo. No hay una sola parte del cuerpo qué no le duela. Girando su cabeza a los lados de la habitación nota a sus amigos ya levantados sobre sus camas, con vendas por todo sus cuerpos y vistiendo batas blancas.
—Caro, Pedro… ¿donde estamos?.
—…
—…
Xun no recibe respuesta alguna de Pedro y Carolina. Xun Levantándose un poco de la cama sentía un ardor como si lo estuvieran cocinando vivo. Este observa las expresiones de sus caras completamente vacías, sumergidos en su mente. Sus pensamientos fueron Interrumpidos por la voz de Xun.
—¿Acaso se quedaron sordos?
—A, perdón ¿Qué decías?— respondió Pedro con una mirada vacía como su voz.
—te decía que donde estamos y ¿Que les pasa a ustedes dos?.
—Estamos en la enfermería del castillo, no puedo dejar de pensar en todo lo que paso ayer. Es la primera persona que veo morir, además fue mi culpa. Si no hubiera dudado en ayudarte cuando avanzaste… Tal vez ese chico seguirá vivo.
—y tu caro estas así ¿por lo mismo?.
—…
Xun toma la almohada de su cama con su brazo todo vendado al igual que toda la parte superior de su cuerpo. Con dificultades la lanza a Carolina, haciendo qué está reaccione.
—Caro tu también ¿Estas pensado sobre lo que ocurrió ayer?— Exclamo Xun.
—ah, deja de molestar y ¿que si lo hago?
—escuchen los dos se que es difícil. Fracasamos y por eso ese chico murió, no podemos culpar a nadie mas, más que a nosotros por nuestra debilidad.
—tu no sabes como me siento, tal vez si hubiera tenido más control sobre mi magia, mis estacas hubieran matado a esa cosa— respondió Carolina al borde de las lágrimas
—Si mi escudo hubiera cortado la cabeza en vez de las alas, algo habría cambiado— destrozado mentalmente y con una voz apagada exclamo Pedro.
—Se que los dos se sienten culpables, pero no pueden cambiar el pasado pero si el futuro. dependerá de ustedes si quieren seguir lamentándose en su cama o levantarse y seguir entrenando para que esto no vuelva a pasar.
Las palabras de Xun resonaron en la cabeza de ambos. El azote de la puerta hizo qué todos dirigieron su vista a la puerta. Bill un hombre con un físico digno de un fisicoculturista, con un cabello castaño con algunas canas presentes, cicatrices por todo su cuerpo, sobre todo la qué recorría la parte derecha de su cuello en diagonal sin poder ver hasta donde termina debido a su camisa blanca de mangas cortas y su pantalón café, qué se sostenía con un cinturón negro de cuero. La cara de Bill era de enojo qué cambio rápida al entrar en la habitación, con una pequeña son risa.
—Cabeza de alga, cuerpo de fideo y cabeza de cerrillo, como se sienten después de su primera derrota.
—maldito imbécil, prometo que me las pagaras por dejar mi cabello así— respondió Xun con una rabia desde el fondo de su ser.
—bien supongo, pero no es mi culpa ser pelirroja natural—respondió Carolina con los ánimos algo subidos.
Pedro se levanta de la cama más decidido qué nunca.
—voy a cambiar eso, daré todo de mi para ser mejor, no voy a dejar que vuelva a pasar lo mismo otra vez.
—vaya qué paso con el Pedro miedoso que conocí—pregunto Bill extrañado
Carolina al ver como su amigo esta decidido a seguir adelante, solo podía soltar una pequeña sonrisa mientras se levantaba de la cama.
—no se que te haya pasado, pero no puedo quedarme atrás mientras tu sigues mejorando, además me quiero asegurar de que no mueras en el proceso.
—bueno ya qué ustedes dos parece que ya se encuentran bien me pregunto si el cabeza de alga podrá seguirles el ritmo.
Como si el cuerpo de Xun no hubiera sufrido daño a pesar qué el dolor estaba presente en cada parte de su cuerpo se levanta como si nada. Con una confianza y tono desafiante contesta.
—Si lo dices por mis heridas no tienes de que preocuparte, esto no es nada, mientras quede algo de carne puedo seguir moviéndome, además no puede quedarme atrás de esos dos.
—ya qué los tres se han recuperado, los espero en el jardín para continuar su entrenamiento y créanme vamos aumentar la intensidad.
Con una confianza ninguno de los tres duda y corren a cambiarse a sus habitaciones para preparase a su entrenamiento.
Mientras tanto en otra parte del castillo. En uno de los tantos corredores este se encontraba vacío. El sonido de pasos provenientes de Agnes resonaban por todo el lugar. Un alto elfo, con una alta estatura de 2 metros, orejas puntiagudas, ojos de color verde y su piel blanca. En ese momento Agnes se encontraba pensativa mientras sostenía su bastón de madera qué contenía una piedra rojiza qué levitaba en una esfera de ramas pequeñas en la parte superior del bastón.
Agnes camina por el pasillo hasta tener delante la sala del trono. Ella habré la puerta lentamente. El murmuro de los nobles desde los balcones de las sala resonaban por todo el lugar. La sala quedo en silencio en cuanto ella entró. El rey Carlos sentado en su trono con una mirada fría.
—Agnes, te importaría decirme que qué sucedió realmente ayer.
—claro que si señor. Ayer por el medio día sufrimos un ataque de una nueva especie. Los tres héroes se adelantaron a auxiliar a una familia no muy lejos de donde estábamos. Mientras Bill y yo fuimos atacados por esas criaturas.—respondió Agnes mientras mantenía una postura de reverencia mirando al piso.
—¿Por qué tu y Bill no ayudaron a los héroes?.
—2 criaturas nos atacaron. Eran bastante resistentes inclusive Bill no pudo cortarlos de un tajo. En un momento de la pelea cuando Bill logro partir a la mitad a una de esas criaturas la restante le lanzó una especie de gas somnífero. Yo me encargue de esa última. Cuando estaba apunto de ir ayudar a los héroes esas cosas se levantaron como si nada, completamente regeneradas.
—Así que esas criaturas fueron lo suficientemente capaces de poner en aprietos a dos de los más fuertes del reino —mientras ponía su mano en la barbilla tratando de analizar la situación.
Las voces preocupadas de los nobles por un nueva amenaza resonaba por toda la sala. Un noble alzó la voz con un tono preocupante.
—todavía tenemos a los héroes, seguro ellos pueden hacerse cargo.
—ellos casi terminan muertos. Capaz ellos también son unos inútiles como los últimos qué enviaron—respondió otro noble.
El pánico se apoderó de la sala. Carlos trataba de calmar la situación. la crisis del reino estaba en su máximo esplendor. Génte muriendo de hambre, la guerra con los demonios y el ataque constante de los monstruos provocaron un efecto de pelota de nieve haciendo qué hasta este punto reventara. Agnes levanta su cabeza con una voz fuerte pronunció.
—se que algunos posiblemente perdieron la fé—se levanta completamente y con un tono más fuerte—pero el guardián Apolo esta vez nos bendijo con unos héroes capaces de detener esta crisis. Yo misma fui testigo de su fuerza, sobre de ellos yo pongo mi fé.
La sala se quedo en silencio por un momento. La duda todavía estaba en el aire. Antes de que alguien pronunciara alguna palabra un estruendo sacudió el castillo. Los nobles entraron en pánico debido a la creencia de un ataque. No fue hasta que el rey calmó la situación.
—TODOS CALMENSE, no es un ataque—se levanta completamente de su trono y camina a la salida.— por que no mejor vemos el entrenamiento de nuestros héroes.
Agnes va detrás de el mientras los nobles bajan las escaleras para salir. Cuando llegaron al balcón con vista al jardín. Pedro estaba tirado en el piso con una herida en la frente, sangrando y su espada de madera rota. Xun y Carolina estaban preguntándose si Bill había matado asu amigo.
—Oye anciano ¿seguro que no lo mataste?
—pregunto Xun con los ojos saltones con un tono de preocupación.
—nah, tranquilo.
—Pedro pue…
Antes de que Carolina terminara su frase. El golpe directo de la espada de madera de Bill la tomo por sorpresa dándole en la frente, dejándola inconsciente.
—miren entiendo su preocupación, pero no olviden qué estos es una simulación de una pelea real y si no se concentran van a morir.
—exclamo Bill mientras recargaba su espada en su hombro con confianza.
Xun siendo el único en pie. Recobra su postura de combate manteniendo su mirada en su objetivo. De un momento a otro Bill desaparece de su vista. Rápidamente lo busca y repentinamente aparece delante suya. Bill lo va a golpear con un tajo desde arriba. Xun se adelanta a bloquear el tajo pero era una finta. Lo toma por sorpresa una patada qué impacta en sus costillas. Mandándolo a volar, chocando contra un árbol. Adolorido se levanta nuevamente. Mientras Xun se soba el golpe solo puede ver a Bill acercarse lentamente con una sonrisa mientras golpea su espada en su hombro.
—bueno cabeza de alga, supongo que se acabó. Solo ríndete y ahórrate el sufrimiento.
—ja, las reglas eran claras. Solo vamos a perder si los tres quedamos inconscientes y yo sigo de pie, así que aun no cantes victoria.
—bueno como quieras, no me culpes si mueres.
Xun totalmente concentrado, toma con fuerza su espada con ambas manos. Bill vuelve a desaparecer pero esta vez es diferente Xun se adelanta a los golpes, bloqueando con dificultades. Bill sube la velocidad de sus tajos pero Xun sigue desviando los ataques. Bill se sorprende de no poder conectar ningún golpe. No es hasta que las vendas de Xun comienzan a marcarse la sangre qué Bill se aleja.
—parece que me esforcé demasiado, pero valió la pena descubrí algo interesante.— exclamo agitado Xun mientras mantenía su postura de combate.
—Xun no deberías de esforzarte más. Por que no te tomas un descanso.
—No te preocupes por mi solo sigamos.
Xun toma la iniciativa acercándose agresivo con sus ataques rápidos. Desde la espalda de Bill una estocada se dirigía rápidamente. La estocada de Pedro fue detenida en el último minuto por la mano de Bill, mientras los ataque de Xun continuaban. Carolina se acerca rápidamente aprovechando que Bill esta ocupado con sus compañeros. Pero este último lanza a Pedro como si fuera una pluma hacia Carolina. En una apertura golpea a Xun en las muñecas desarmándolo, tomándolo del cuello lo arroja junto a sus compañeros.
—ya están listos para admitir su derrota.
Ninguno responde, agitados y cansados se levantan nuevamente. Apenas pudiéndose mantenerse en pie.
—esto ya no es divertido. Dejaremos esta lección como un empate así que descansen.
Apenas termino su frase los tres cayeron al piso exhaustos. Mientras tanto desde el balcón todos observaron. Agnes habla primero.
—como pudieron ver, esos tres tienen lo necesario para ayudar al reino solo les falta un poco más de experiencia y estarán listos.
—pero no podemos esperar un semana o dos a que estén listos, necesitamos que actúen ahora—exclamo un noble enojado.
—es verdad. No sirve de nada que entrenen si posiblemente el reino caiga por la crisis para entonces—agrego otro noble con un tono de preocupación.
El ambiente casi se torna en desesperación, no fue hasta que Carlos tomo la palabra.
—guarden la calma. Escuchen todos. Se que los héroes no parecen fuertes pero incluso después de casi morir el día anterior, ellos siguen esforzándose. Solo hay que tener fé— Carlos se gira hacia los nobles y con una voz llena de confianza— así como yo pongo mi fé en los héroes les pido que haga lo mismo.
La situación se calma un poco. Los nobles de apoco aceptan en poner su fé en los héroes. De apoco el balcón se queda vacío solo quedando Carlos y Agnes.
—tu y Bill han hecho un gran trabajo, necesito que continúen despejando las carreteras y ayudando a quienes lo necesiten. La gente necesita recobrar la esperanza.
—Gracias mi señor así será.
—una ultima cosa antes de irme. Cuando terminen de entrenar a los héroes van a tener que regresar al frente de batalla, según los reportes las cosas no están bien.
Agnes se queda muda y solo asiente con la cabeza, Carlos deja el balcón. Esta se deja caer sobre su bastón, solo pensaba en el infierno qué le esperaba.
<< esto no puede ser justo. No quiero regresar a ese basurero, por que entre todos yo tengo que volver.>>
Esta recobra la compostura soltando un suspiro y salta desde el balcón hasta el jardín amortiguando su caída con magia de viento. Ella camina hacia los héroes mientras de su gabardina saca pociones de energía y curativa. Bill al notar la presencia de Agnes la saluda.
—Hey, ¿qué tal te fue en la reunión?
—pudo haber ido peor pero creo que salió bien—Agnes deja las pociones enfrente de los héroes — y ustedes tómense esto les hará bien.
Los tres toman desesperadamente las pociones recobrando la energía y curando un poco sus heridas, soltando un suspiro de alivio. Agnes interrumpe su momento.
—bueno, ya qué están recuperados trabajaremos en su control de magia. Así que levántense para comenzar.
Carolina y Pedro se levantan un poco mejor mientras qué Xun se queda en el piso sin ganas de ir a su entrenamiento.
—de que sirve que vaya si de todas formas no puedo usarla.
—pude qué esta vez logres usarla pero nunca lo sabrás si no lo intentas—respondió Agnes
—deja de estar de llorón y levántate—agrego Carolina mientras lo patea.
Enojado se levanta y retira sus vendas ensangrentada solo para ver sus cicatrices selladas nuevamente.
—eso me recuerda ¿Que fue lo que hiciste cuando detuviste mis ataques?
—cierto eso fue impresionante te adelantaste a los golpes de Bill como si nada—comento Agnes con una pequeña sonrisa.
—como explicarlo, cuando entrenamos por primera vez pensé que el anciano se teletransportaba. Pero con forme pasaba el tiempo note que simplemente mis ojos no estaban acostumbrados a la velocidad—Xun se quita la última venda del cuerpo y se comienza a estirar—lo que hice fue aumentar mi ritmo cardíaco para mejorar la respuesta a los ataque de Bill. Pero me esforcé de mas y mis heridas se volvieron abrir por la presión de la sangre.
Bill y Agnes se sorprendieron un poco por la técnica por otro lado Carolina y Pedro solo observaban confundidos (estuvieron inconscientes mientras esto sucedió).
—bueno, ya hablamos suficiente Xun quédate en el árbol e intenta lanzar una bola de fuego. Ustedes dos vengan al centro conmigo.
—Yo me despido iré a dormir, uuaaaah. Te los encargo Agnes asegúrate qué no se mueran.
—Si, adiós yo me hare cargo.
Bill abandona el jardín. Mientras en el centro Agnes invoca un cubo rosado encerrando a Carolina y pedro con ella.
— repasaremos Lo visto en las clases anteriores, mientras ustedes tratan de controlar su mana, si no lo controlan o se equivocan respondiendo recibirán una descarga eléctrica, así que empecemos.
—Espere señora Agnes como vamos hacer las dos cosas al mimos tiempo. Necesitamos nuestra voz para conjugar nuestros hechizos—pregunto con una angustia en su cara Pedro.
—cierto. Inclusive aun no controlamos la magia también como para no recitar los hechizos—agrego Carolina.
—recuerden—Golpeando su bastón levemente en la cabeza de carolina—la magia proviene de la mente. La voz no es más que una extensión para no sobre cargar el cerebro, así que ahora lancen su hechizos sin recitar.
Ambos Dudando cierran sus ojos. Respirando lentamente comienzan a sentir como el mana comienza a fluir a su alrededor. Como si fuera una corriente de agua con piedras en el camino, Yendo a toda velocidad. Los dos tienen dificultades para controlar su mana pero rápidamente Carolina saca ventaja a Pedro. Esta logra de apoco ir desapareciendo las piedras calmando su mana. Pero la voz de Agnes hace que las pierda la concentración y las piedras vuelvan.
—empecemos de una vez. ¡PEDRO! ¿Qué es una asimilación de mana?.
—ah, eeeeeeh. Es cuando… una persona con magia elemental… se transforma en el elemento qué controla—Recibiendo una descarga eléctrica, salta por el aire.— eso por que estoy seguro que respondí bien.
—no has lanzado ningún hechizo. Aparte no respondiste muy bien la pregunta. La asimilación se crea a partir de la afinidad máxima con el elemento del usuario. A parte debe tener un control maestro sobre dicha magia.
Pedro vuelve a cerrar los ojos y comienza nuevamente a concentrarse. Carolina logra lanzar una bola de hielo con una forma irregular. Agnes felicita a esta, pero ahora le toca responder la pregunta. Pedro al escuchar el sonido se concentra a un más para lazar también su hechizo.
—bueno caro. Ahora dime los tres tipos de magia principales.
—fácil. Primero esta la magia natural producida por la naturaleza y que nuestro cuerpo luego procesa para nuestros hechizos. Luego esta la magia maldita. Creada a partir de la maldad de las personas cuando se le agrega magia—esta lanza otra bola de hielo un poco más esférica—por último esta la magia divina es la combinación de estas últimas dos, pero es extremadamente difícil de hacer.
—vaya si qué pones atención a las clases. Faltaron unas cosas pero es suficiente.
Pedro sigue formando su hechizo. en la palma de su mano un fuego intenso comienza a formarse. Pero no es el quien lo hace. Dentro de su mente una voz comienza a darle indicaciones. Esta voz extraña deja de hablarle y cuando abre los ojos un enorme círculo echo de magia esta delante de su palma. Este es de color naranja y delante del círculo esta la bola de fuego tan grande como la llanta de un auto. Agnes puede sentir el poder del tal hechizo, ella solo puede sentir un hormigueo por su cuerpo. Mientras Carolina siente el calor que irradia. Pedro un poco asustado por inercia cierra su palma lanzando el hechizo, llenando el cubo de humo además de agrietarlo hasta romperlo. Cuando el humo se disipa Pedro es impactado por una descarga eléctrica.
—¡AAAH! Y eso por que fue.
—no controlaste tu mana y casi pones en riesgo a todos.—una sonrisa se dibuja en su cara— pero esa bola de fuego fue grandiosa para alguien que apenas sabe como funciona las cosas.
—ni si quiera yo puedo creerlo. Ni con mi magia de hielo a máxima potencia puedo hacer algo así ¿Cómo lo lograste?.
—La verdad no se solo seguí una voz qué en mi cabeza pero cuando dejo de hablarme—se frota la cabeza justo donde Bill lo golpeó—la bola de fuego ya estaba formada.
—creo que los golpes de Bill ya te dejaron esquizofrénico—agrego Carolina mientras contenía la risa.
Por otro lado una voz emocionada, interrumpe su momento. Al voltear los tres solo puede ver a Xun emocionado. Este se acerca rápidamente.
—Agnes, caro, Pedro vean esto—mientras sujetan su brazo izquierdo con el derecho desde el antebrazo un puñado de chispas de fuego salen—vieron logre lanzar un poco de fuego.
—llamar eso fuego es más por dignidad qué otra cosa, hahaha— sin poder contener más la risa Carolina.
—sabes leí qué en este mundo debes primero sacar una licencia para poder decir tus mamadas—respondió Xun en tono de burla.
—Ya calma los dos pero aun asi Bien echo Xun—agrego Pedro mientras le da una palmada en la espalda asu amigo.
—no es mucho pero vas en buen camino. Pero no nos distraigamos regresen a su lugares que hoy entrenaremos hasta el anochecer.
Los tres amigos se desanimaron. El cansancio les estaba pasando factura pero no retrocedieron y siguieron durante el resto del día. Los gritos de Carolina y Pedro resonaron por todo el castillo debido a las descargas eléctricas.