Fue aterrador mirar eso, pero que pasaba con los padres de las crías, se los habría comido primero y luego seguía con las crías, en serio que odio a los humanos, son tan repugnantes y solo daños nos saben hacer,
pero algo que me dejó más sorprendido fue cuando a bajo a la cría y les sonrió y luego se levantó y miró hacia donde me encontraba y me sonrió que para mí esa sonrisa fue algo escalofriante, de seguro tenía pensado en comerme como lo estaba haciendo con los pobres conejos, corrí de ese lugar y no mire hacia atrás, era mejor nunca más volver a ese lugar, encerio que los humanos no saben respetar nuestro hábitat,
ya había pasado una semana desde que vi esa escena con la humana y los conejos, les advertí a todos que tuvieran cuidado por la cría de humano, ya que si estaba la cría también se encontraban sus padres y sería peligroso para nosotros, todos andaban con la guardia alta,
hasta que un día vi a las crías de conejo y me sorprendió creí que se los habían comido, me les acerque y les pregunté sobre si la humana les había hecho algo, ellos solo me dijeron que la humana era diferente a todos los que han visto y que ella solo estaba jugando con ellos y que sus padres les había dado el permiso de estar con la humana,
mientras ellos los observaba desde lejos, encerio que me quedaba cada vez más sorprendido de verdad que la humana era buena o solo estaba fingiendo, era algo que me dejaba con esa duda y esa intriga
así que me puse de propósito espiar a la niña, la niña siempre iba a ese campo, corría, bailaba, cantaba y jugaba con los conejos y con otros animales, mientras que yo solo observaba desde lejos su actitud hacia nuestras especies,
Enserio que la humana era diferente a los demás, ella era buena, ella siempre les traía comida a todos, enserio que esa comida se miraba apetitosa, quería, pero mi orgullo no me lo permitía, nunca jamás confiaría en los humanos.