Caminaba apresurada, hace mucho que no dormía tan bien y eso me paso factura. Mire mi reloj 08:21 a.m.
Diablos, el primer día de trabajo y voy tarde.
Entro al enorme edificio y me dirijo directamente a los ascensores, presiono el botón y se abre la puerta, suspiré aliviada al ver que nadie subiría al ascensor conmigo.
El día de ayer fue más relajante, Liam resolvió contratar alguien que cuidara de la florería de mi madre, nos pasamos la tarde entera en el hospital sacando cuentas, todo iría de maravilla. Este empleo me vino caído del cielo, la paga realmente es muy buena y el horario de trabajo igual.
Solo quiero salir de esto ya, mamá quiero que estés mejor...
Las puertas se abrieron y me apresuré a salir del ascensor, caminé hasta el escritorio donde se encontraba Elisa y ella me miró molesta.
—Lo sé, lo sé, me quedé dormida.— Dije rápidamente. Negó con la cabeza.
—Eso no es problema mío.
—ΟΚ...
Me quedé mirándola y cayendo en cuenta.
¿Donde trabajaré yo?
Solo hay un escritorio y una silla, aparte de las decoraciones, plantas, puertas y cuadros no había nada más.
Elisa levantó la mirada de vuelta y me miró aún más molesta.
—¿Que se supone que estas haciendo?.— Preguntó.
—Esperar...— Esperar a que me diga que tengo que hacer.
—¿Que esperas exactamente?.— Volvió a decir mientras resoplando bruscamente.
—¿Donde se supone que voy a trabajar?.— Dije impaciente.
Elisa me frunció el seño, se levantó y caminó hasta la puerta, se giró y me miró molesta, hizo una seña indicándome que me acercara a la oficina del Sr. Zumman, me acerqué y ella dio dos golpecitos a la puerta y se volvió a su escritorio.
Escuché la voz gruesa del Sr. Zumman detrás de la puerta.
—Adelante...
Abrí las puertas y entré cerrando estas tras mio. Dirijo mi mirada a aquel hombre que se encontraba sentado en su escritorio.
—Llegas tarde.— Murmuró en tono molesto.
—Lo siento yo...— Me interrumpió levantando la mano.
—No, no me interesa.— Bajó la mano y se levantó de su sillón. Rodeó la mesa y caminó tras mio, lo seguí con la mirada mientras se dirigía a una esquina donde había un escritorio que claramente no estaba ahí el día anterior.
Abrí la boca para decir algo pero me quedé en silencio al ver como aquel hombre se cruzaba de brazos orgulloso alado de la silla que estaba atrás de ese escritorio.
Un escritorio perfectamente ordenado, una mac y una tablet puestas sobre dos mouse-pad color rosa, un lindo florero de cristal decorado con flores, unas hermosas peonías y tulipanes de color blanco y rosa, también habían carpetas de color rosa y una pequeña estatuilla de gatito con un sombrerito y un ramo de flores.
Sonreí ante aquello mientras me acercaba al escritorio a mirar con más detalle.
¿Que se supone que es esto?
¿Para esto eran las preguntas sobre mis gustos? confuso pero un detalle muy bonito. Espera... la verdad es bastante
Apenas cai en cuenta de que trabajaría en la misma oficina que el Sr. Zumman. Levanté mi mirada y la dirijí a aquel hombre que ahora sería mi jefe, me miraba con bastante interés.
—Esto es muy bonito.— Murmuré. Quería agradecerle el detalle pero no me atreví a decir nada más.
—Sólo toma tu puesto.— Dijo con un tono bastante serio, se dio vuelta y camino de nuevo a su escritorio y se sentó ahi. Me senté igual en aquel sillon, era un sillón de cuero exactamente igual al que mi jefe tenía en su escritorio, con la diferencia de que en la mía había un pequeño almohadón rosa.
Los minutos pasaron y yo estaba ahí, sentada en aquella esquina que habían preparado para mí, aún sorprendida por tal atención al detalle. Un tanto feliz pero a la vez confusa, me seguia preguntando de que trataba esto, estaba yo ahi, en silencio sin hacer absolutamente nada y más adelante estaba mi jefe, el señor Gilbert Zummer, en silencio tecleando en aquella computadora frente suyo, también en silencio.
De fondo se escuchaba una canción Golden Our-JVKE, la música estaba muy bajita y la habia puesto mi jefe recientemente. Por otro lado, yo sin saber que hacer y para que estaba aqui. ¿Que se supone que hace una secretaría?.
Encendí la computadora y busqué en Internet
¿Que hace una secretaría?
"Los secretarios prestan apoyo administrativo a los directivos y otros profesionales. Sus responsabilidades incluyen usar el ordenador para redactar cartas, informes y otros documentos, atender llamadas telefónicas, organizar reuniones, llevar la agenda de su jefe y atender a las visitas."
Solté una risilla por lo que acababa de buscar, en realidad no sabía que hacer ni porqué me trajeron aquí.
Así transcurrieron las horas, yo sentada sin hacer nada y el señor Gilbert Zumman tecleando en su computadora y respondiendo llamadas en el móvil.Realmente me sentía incomoda, constantemente sentía la mirada de mi jefe sobre mi y además no sabía ni que hacer. Más de una vez me sentí tentada a levantarme y preguntarle que hacer pero sentía más vergüenza de que pudiera pensar de mi. Sin embargo, él mismo me contrato aun así sabiendo que no tenía experiencia laboral en esto.
Me armé se valor y me levanté con cuidado de la silla, tan pronto como hice eso Mi jefe dirigió su mirada hacia mi, levantó la ceja en modo de pregunta y al ver que me diría hacua la puerta dijo.
—¿A donde vas?.
Me quedé inmóvil por unos segundos.
—Al baño.— mentí, en realidad queria salir y pedir ayuda a Elisa, algo tenía que hacer no podía quedarme ahí como una estatua todo el día.
—El baño está ahí.— Dijo en tono molesto mientras apuntaba a una puerta que se encontraba del otro lado. Asentí y caminé directo a esa puerta, me metí rápidamente y suspiré.
En realidad esto era bastante molesto.
Estuve unos minutos en el baño y por fin salí, caminé de vuelta a mi escritorio y me senté ahí. Minutos después mi jefe se levantó y salió de la oficina, suspiré aliviada. Me ponía muy nerviosa estar ahí, sola con aquel hombre que ni siquiera conocía al cual ahora llamo jefe. Pasaron los minutos y el Sr Zumman no volvia, mientras me puse a investigar más de qué se trataba la empresa y buscar la manera de poder ser útil para mi jefe.
Así fueron pasando dos horas y él nada que volvía. Había salido dos veces en busca de Elisa para preguntarle que hacer y tampoco se encontraba en su escritorio. Y así pasó el tiempo y llegó mi hora de comer.
Salí de la oficina y me dirijí al comedor, llamé a mi madre quien se encontraba "bastante bien" según sus palabras. Me tomé mi tiempo almorzando y luego volví a subir.
Dieron las tres de la tarde y yo me encontraba sola en esa enorme oficina, me encontraba recostada y jugueteando con aquella estatuilla de gatito que se encontraba en mi escritorio. Estaba bastante aburrida y sin nada que hacer.
Escuché la puerta abrirse y ahí estaba él, mi jefe entrando junto con Elisa, a quien entré risillas escuché decir "oh me olvide de que estaba la nueva aqui".
Me senté correctamente al sentir la mirada del Sr. Zumman sobre mi y bajé la mirada de la vergüenza al ver como si rostro cambio y se puso completamente serio.
—Por favor haz lo que te pedi.– Ordenó el Sr. Zumman a Elisa que solo asintió y se retiró cerrando las puertas tras ella.
—Ya te puedes retirar.— Dijo entre dientes y levanté la mirada sorprendida.
Mi horario de salida es las 17:00 hs no las 15:23 hs, pensé.
Asentí y tan pronto como pude agarre mis cosas y salí despidiéndome.
—Hasta mañana Sr.— No recibi respuesta y salí