Mientras Mia baja corriendo las escaleras, se da cuenta de que Elon no la sigue por la falta de pasos detrás de ella. Hundiendo en el suelo, se sienta en los escalones y finalmente deja que todas sus emociones salgan a la superficie.
Todo fluye a la vez. Todas las emociones que ha estado reteniendo estallan explosivamente. Ella no sabe qué pensar. Cada vez que su cerebro intenta encontrar una solución lógica a por qué Elon le haría esto, regresa al pasado.
Ve el rostro de Mateo, la cruel curvatura de sus labios cuando le pregunta si ama a Isabel. Ese rostro se mezcla con el de Elon cuando lo imagina sosteniendo la mano de Aisha y diciéndole que nunca amó a Mia.
Ella sostiene su cabeza, enroscándose sobre sí misma mientras su respiración se vuelve irregular. Todo lo que le dijo es mentira, ¿no? Mia no es más que una distracción para Elon, un poco de diversión antes de comenzar su vida real. La vida que siempre estuvo destinado a tener.
