Mientras Mia se sienta en el dormitorio de Louise, dedicándose a su tocador mientras se maquilla, el peso del momento la golpea.
Ella se va a casar hoy.
Si alguien le hubiera dicho hace un año que se casaría con un hombre que no fuera Mateo, los habría llamado locos. Sin embargo, aquí está ella, viviendo en un país completamente nuevo con nuevos amigos y rodeada de una familia que la ama. Nunca pensó que podría volver a ser feliz después de dejar a Mateo, pero ahora Mia realmente sabe cómo es su felicidad.
Las pocas semanas de planificación de su boda con Mateo han pasado borrosas. Mia pasaba la mayor parte del tiempo sola, tratando de mantenerse dentro del presupuesto e ignorando la sensación de hundimiento en sus entrañas.