Era media noche. Era oficialmente ridículo que Amelia hiciera esto, pero necesitaba algo de tranquilidad. ¿Debería siquiera molestar a alguien más con este conflicto?
Quería enviarle un mensaje de texto a uno de los chicos, pero le parecía como elegir uno y no se atrevía a hacerlo. En cambio, decidió buscar a Beth.
La habitación de Beth estaba en el ala de mujeres de los dormitorios y, por lo tanto, no estaba lejos de su propia habitación. Caminó descalza por el pasillo hasta la puerta decorada con una linda corona de boj. Amelia se habría quitado el pijama, pero sabía que a Beth no le importaría. Era lo suficientemente tarde como para que nadie saliera a esa hora.
